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Una tablet y una tele para todos

Es un poco más difícil tomar clases, explica uno de los hijos de la familia, "a veces me quedo con dudas". Son cuatro hermanos que comparten la tablet y que incluso deben discutir cuándo se debe usar para youtube

Una tablet y una tele para todos

Una tablet y una tele para todos

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Con una pequeña tableta y una televisión de 32 pulgadas Brenda, Andrea, Brandon y el pequeño Andrés tienen que tomar turno a lo largo del día para poder estar al corriente en su clase.

Los cuatro hermanos comparten estos recursos para seguir sus clases y hacer tareas: Brenda (10 años) ingresó a el quinto año de primaria; Andrea su hermana menor (8 años), a tercero de primaria; Brandon (12 años), a primero de secundaria; y Andrés (5) a preescolar. Aunque para los pequeños esto puede tornarse complicado y en algunas veces estresantes, sin embargo, sus padres hacen todo lo posible con tal de que sus hijos puedan continuar con sus clases.

La familia está consciente de las dificultades de las clases a distancia sobre todo por la falta de espacio y recursos, pero esto no frena a Erick y a Dulce padres de los menores quienes han hecho lo imposible para que sus hijos tengan una buena educación.

“Como repartidor de comida los ingresos que recibo son pocos, somos una familia grande y a veces eso complica las cosas, no importan si no tengo para los pasajes, lo que me interesa es que mis hijos no pasen jamás por una situación así”, comenta Erick.

El joven padre de 33 años ha tenido que pedir la clave del internet a sus vecinos, con los pocos ahorros logró comprar una mini tablet la cual a diario utilizan sus hijos para conectarse a sus clases.

“Es un poco más difícil tomar clases, a veces me quedo con dudas, pero es raro que los maestros las resuelvan, compartir la tablet es complicado pues mis hermanos solo quieren ver videos en youtube”, comenta Andrea.

Para los padres esto agrava la situación aún más pues ambos están preocupados por el desempeño académico de sus hijos.

“No me gustaría que mis hijos bajen de promedio, el nivel de las clases no es el mismo, lo que más nos afecta es que no tenemos computadora, la tablet se la turnan por ratito por que todos tiene que ver las clases por internet, contó Dulce.

“Lo peor de compartir con mis hermanos es que tengo que ver sus programas de niños, me cuesta más trabajo ponerme al corriente en mis apuntes, por que tenemos que estar prestándonos la tablet”, narra Brandon.

Erick trabaja alrededor de 12 horas diarias en su empleo como repartidor; gana alrededor de 1700 pesos semanales, mientras tanto Dulce se dedica a cuidar a sus hijos; a ella le preocupa especialmente Andrés quien tiene problemas de autismos.

La joven pareja no tuvo la posibilidad de concluir sus estudios, es por eso que se empeñan en que sus hijos puedan tener una educación digna y estudien una carrera.

“Mis hijos significan todo en mi vida; que tengan una mejor vida, que estén tranquilos y nada les falte y puedan ser alguien de provecho, es lo único que quiero para ellos”, comentó con la voz melancólica Erick.

A pesar de los altibajos, la organización y el trabajo en equipo es fundamenta todos los integrantes de esta familia lo aplican diariamente todos ponen de su parte.

“Hace poco tenía que imprimir un cuestionario de 120 preguntas en total eran 30 hojas, se que mis papas no tienen mucho dinero, aun que me tarde más termine por copiar todas las preguntas y así las entregue al maestro” cuenta felizmente Andrea quien gracias a su hermana mayor pudo entregar su trabajo final.

CC