Llegó el momento de enfrentar a la justicia desde el banquillo de los acusados, y ayer, al iniciar su juicio acusado de desviar millones de euros a sus cuentas personales, por el caso Nóos, Iñaki Urdangarin, esposo de la Infanta Cristina de Borbón, reconoció la existencia de trabajadores ficticios en la empresa Aizoon, cuya propiedad compartía al 50 por ciento con su mujer, pero negó ser comisionista o haber cobrado dinero por hacer de intermediario, destacó el periódico español “La Vanguardia”.

Urdangarin, cuñado del rey Felipe VI de España, acusado en un juicio en el que está imputado de tráfico de influencias, malversación, prevaricación, fraude, estafa, falsedad, delitos contra hacienda y lavado de dinero, en su declaración ante el fiscal Anticorrupción, Pedro Horrach, se desvinculó de estas contrataciones y responsabilizó de manera directa a Miguel Tejeiro, cuñado de su socio, Diego Torres.

INDIFERENCIA. En cualquier caso, negó reconocer su existencia en el Instituto Nóos: “Los he descubierto después, durante este proceso”, nunca los ví, aseguró.

“Lo ignoro”, “no lo sé” o “de eso no me ocupaba”, fueron algunas de las frases con la que el acusado respondió al interrogatorio del fiscal quien, sin éxito no consiguió palabras que lo comprometieran sobre las facturas que sus empresas Aizoon y Nóos Consultoría que cargaron al Instituto Nóos.

El cuñado del monarca se enfrenta a penas de entre 19,5 y 26,5 años de prisión, según la petición de las diferentes acusaciones, por su gestión en el Instituto Nóos, una entidad sin ánimo de lucro a la que supuestamente desvió varios millones de euros de fondos públicos junto a su socio, Diego Torres.