El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, cesó ayer de manera fulminante al recién nombrado jefe del Ejército, José González, por no informar de la confesión del exmilitar José Nino Gavazzo en el caso de la desaparición y muerte de un guerrillero tupamaro Roberto Gomensoro en 1973, en plena dictadura militar.

Horas después extendió el cese al ministro de Defensa, Jorge Menéndez, al viceministro de Defensa, Daniel Montiel, y al jefe del Estado Mayor de la Defensa, Alfredo Erramún. Asimismo, el mandatario izquierdista pidió al Senado que promuevan el pase al retiro de obligatorio de cinco generales.

La muerte del tupamaro. El presidente uruguayo tomó esta decisión luego de que el diario “El Observador” divulgase las actas del Tribunal de Honor del Ejército que fueron ocultadas por los mandos militares que ayer fueron destituidos. En ellas, Gavazzo reconoció que en 1973 arrojó al río Negro el cuerpo del tupamaro Gomensoro, detenido y torturado hasta la muerte. “Yo lo cargué al vehículo, yo manejé al vehículo, lo llevé al lugar, lo bajé, lo puse en un bote y lo tiré del bote. Yo solo”, declaró.

Con la destitución de González, es la segunda vez que Uruguay cambia de comandante en jefe en menos de un mes, ya que a principios de marzo fue cesado el excomandante Guido Manini por criticar que la Justicia investigue a militares por los crímenes de la dictadura. La inédita destitución masiva de mandos militares fue acogida con satisfacción por la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos de Uruguay. “Los integrantes del Tribunal no encuentran que estos crímenes lesionen el honor de las Fuerzas Armadas, así como tampoco entienden pertinente remitir estas declaraciones a la Justicia, siendo esa su obligación. Esto pone de manifiesto cuál es la concepción del honor que tienen hoy los mandos militares y la doctrina que los motiva”, destaca el texto de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos.