Opinión

Valentía

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La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Hay que ser valientes, no temerarios. No conformarnos con lo que las apariencias nos muestran. Tengamos valor para descubrir el trasfondo de las situaciones que se nos presentan, así como las verdaderas intenciones de los demás. No nos dejemos influir por la debilidad ajena.

No debemos paralizarnos o dejarnos vencer ni ante las situaciones ni frente a las personas, sino avanzar con determinación conscientes de las dificultades, pero perseverando en la búsqueda de las soluciones hasta encontrarlas.

Aun cuando estemos en desventaja, mientras haya vida, todo en cualquier momento puede cambiar a nuestro favor, como en el fútbol, que en el último minuto se puede anotar un gol y cambiar el marcador para ganarle al oponente.

Quien es valiente no se rinde nunca y lucha sin cesar. Cuando se es valiente se vive con la verdad y se dice no con firmeza cuando la situación que uno atraviesa va en contra de nuestros mas profundos valores.

Por supuesto que no debemos exponer inútilmente nuestra integridad física, no vale la pena. La vida está llena de peligros cotidianos, para que aparte nosotros provoquemos otros más. Seamos amables y considerados con los demás, no temerarios y arriesgados en nuestro trato con ellos, pues nunca sabemos con quién estamos tratando ya que no alcanzamos a ver el fondo de su alma y, tampoco sabemos el momento anímico por el que las personas están pasando. Sin embargo, hay que tener arrojo cuando se nos agrede, sobre todo cuando nuestra dignidad va de por medio, porque hay que saber que en la vida hay eventos que son peores que la muerte.

No debemos humillar a nadie, tener presente que la cobardía y la vergüenza son emociones que orillan al ser humano a realizar actos temerarios de venganza o de maldad y, que un ser humano cuando se siente acorralado, se asemeja a un animal.

Hay que tener consciencia, que la verdadera valentía proviene del espíritu que se posee, sin importar la fuerza física que se tenga. Por eso quien es valiente se arriesga hasta el final, convencido de que obtendrá la victoria.

El miedo es lo contrario a la valentía, normalmente nos paraliza, aunque en ocasiones nos torna más valientes. En realidad, a lo que hay que temer es a sentir miedo, el cual aparece ante los eventos que no sabemos cómo van a devenir. Es decir, es la ignorancia de los acontecimientos sucesivos lo que genera temor. La mejor forma de evitarlo es actuando rápidamente y no dejar que se anide en nuestra alma. Cuando uno logra sobrepasar y vencer el temor a algo o alguien, no volveremos a tener miedo por el mismo motivo.

Son los propios límites mentales que nos auto-imponemos los que se convierten en barreras infranqueables para enfrentar nuestros desafíos.

Cuando se dice que quien no arriesga no gana, es cierto, ya que la excesiva prudencia nos paraliza, y el envalentonarnos nos puede acarrear consecuencias no deseadas, así que en esto como en todo en la vida, el término medio es el adecuado. Como quien dice: “ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre”

Mail: corzoalma17@yahoo.com