Opinión

Venció su propio plazo y ¡nada!

Venció su propio plazo y ¡nada!

Venció su propio plazo y ¡nada!

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La ruda protesta femenina del pasado viernes no solo descubrió a

ojos de aquellos tercos en no querer verlo, la invisibilidad e

impunidad que priva sobre las agresiones y vejaciones de que las mujeres somos objeto de muchas y diferentes formas, partiendo de

que lo que sucede a una nos concierne a todas, sino que dejó

lección y abrió camino para que otros grupos ninguneados como

somos los protectores de animales tomemos lección, unamos voces

y propósito, sí o sí, y nos pronunciemos tan drásticamente como

sea necesario hasta lograr políticas públicas coherentes, adecuadas, viables y compasivas para las criaturas que, en-tién-da-se,

¡no están solas!

Una vez ello, dígaseme si no, de cierto tiempo a la fecha y aprovechando que se trata de un nicho abandonado o débilmente conocido y sin interés realmente político, regular temas sobre animales no humanos se ha vuelto moda y hasta necedad, pero con otra contra además, que al provocar desidia en el cuerpo legislativo son leyes aprobadas sin revisión y en ocasiones hasta sin lectura o negociándolas. Ejemplos sobran, y por ello terminamos teniendo los ordenamientos que tenemos. Mal y/o confusamente redactados y por lo tanto ignorados, cuestionados o inviables, por decir lo menos. Siendo así…

Cualquier congresista, aun sin mínimos antecedentes en LA MATERIA, se cree con la capacidad de presentar proyectos en tal sentido, y como si se tratara de los que México esperaba, dificultando de esa forma convencerlos de lo contrario, como tal parece que está sucediendo con la Iniciativa con Proyecto de Decreto para una Ley General de Bienestar Animal que sin exagerar, renglón a renglón es observable; cuando no por redacción o improcedencias, cuando no por incompetencias o sobre regulaciones, alteraciones de ordenamientos relativos o marcados retrocesos en avances ya logrados, sin omitir las reformas que pretende ejercer sobre la LGEEPA y la General de Vida Silvestre, factores todos que se suman al punto primordial que es el impedimento jurídico para que el H. Congreso de la Unión legisle sobre el objeto del proyecto, lo que hace todavía más cuestionable que el documento haya llegado hasta Comisiones, donde está siendo analizado ignorándose lo inmediato anterior y las innumerables protestas a partir de que no se puede entender que el Bienestar Animal pueda cumplirse en actividades como la taurina, la gallera, la explotación intensiva o la dizque experimentación científica. En fin…

Que mientras parte del colectivo fustigante nos quedamos esperando por la respuesta del retiro o no (no negociable, por cierto) de la Iniciativa, compromiso que el mismo diputado José Guadalupe Ambrocio Gachuz se autoimpuso para resolverlo ayer martes, lo que no sucedió, se sumó a los reclamos la Sociedad Mexicana de  Etología y Bienestar Animal (SOMEBA), organización a-ca-dé-mi-ca conformada por especialistas en ambos temas, y que siendo clara y contundente comunicó lo que en realidad es y significa el término como concepto científico, objetivo y medible que no solo considera la salud física de los animales sino también sus estados mentales. ¡Tómala! Asimismo expuso que los animales no humanos no son objetos sino sujetos con capacidad de sentir emociones y de tener intereses; de percibir y comprender su entorno, y de padecer dolor, angustia y miedo, indicando por tanto que al mochar la definición reconocida para el concepto científico, están también privando a los animales de parte importante de las CINCO LIBERTADES que globalmente se les reconocen, confirmando entonces y para mayor apuro, que “ninguno de estos conceptos (los que abarca el Bienestar Animal) se ve reflejado en el espíritu, ni en el articulado de la propuesta”. Más claro, imposible.

EN OTRO ASUNTO CERCANO, de última hora me fue compartido un comunicado donde la diputada morenista Martha Ávila Ventura, “representante popular" de Iztapalapa, informa que suscribe la Iniciativa de su compañero Carlos Hernández Mirón, cuyo objeto es promover que el Hospital Veterinario Público, localizado en la demarcación referida, sea operado por la Agencia de Atención Animal en lugar de seguir administrado por la Secretaría de Salud capitalina, claro, armonizándose el marco legal y supongo yo, proveyéndola de suficiente presupuesto. Se trata de una medida acertada, creo yo, y de un buen reto para el titular de AGATAN, que ahora sí tendrá oportunidad de mostrar altura y compromiso. producciones_serengueti@yahoo.com
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