El régimen venezolano declaró este miércoles persona non grata a la embajadora de la Unión Europea (UE) en el país, la portuguesa Isabel Brilhante, y le dio un plazo de 72 horas para abandonar la nación caribeña, en respuesta a las sanciones aprobadas por el bloque comunitario contra 19 funcionarios chavistas.

El secretario venezolano de Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, entregó el documento a Brilhante en la sede de la Cancillería, luego que el Legislativo, de amplia mayoría absoluta oficialista, pidiera al Ejecutivo tomar esta medida.

La Asamblea Nacional consideró que las sanciones de la UE suponen una injerencia en los asuntos internos de Venezuela.

Arreaza aseguró que la decisión de echar a Brilhante la tomó personalmente el dictador Nicolás Maduro. El canciller del país caribeño se reunió durante una hora con la embajadora europea para, dijo, explicarle "el irrespeto a la Constitución" que suponen las sanciones europeas.

El canciller chavista pidió a la UE hacer “una evaluación sosegada” y “un proceso de análisis reflexivo” para que “puedan deponer esas actitudes injerencistas y prepotentes". Asimismo, Arreaza pidió a Bruselas que "deje de ser un apéndice de la élite dominante", en alusión a Estados Unidos.

Aún así, el secretario de Exteriores venezolano aseguró tener esperanzas para que en el futuro se puedan "reconstruir los puentes de entendimiento y diálogo" entre Venezuela y la UE.

El 29 de junio de 2020, Maduro ya ordenó a Brilhante la salida del país, una decisión que revocó el 2 de julio, con la esperanza de que la decisión facilitara el diálogo entre la UE y Venezuela. En aquella ocasión, el bloque también había planteado sanciones a varios dirigentes venezolanos.

La UE, por su parte, respondió poco después que “lamenta profundamente esta decisión” y pidió al régimen que, de nuevo, “revierta” la orden de expulsión del país de su embajadora.