Vincenzo Danise nació en un barrio bravo de Nápoles, Italia, un territorio en el que pocos jóvenes logran escapar a los peligros de la Camorra, mafia que controla esa ciudad. Sin embargo, tuvo la fortuna de encontrar la música y gente que lo apoyó – “y por ende, que me quiso”- en ese camino.

A sus 13 años, cuando trabajaba en un club de “gente bien”, Danise se encontró con Roberto De Simone, famoso compositor italiano que en Nápoles es casi un mito. De Simone arregló que el joven tuviera una formación musical gratuita, para más tarde entrar en el Conservatorio San Pietro a Majella de Nápoles, donde ahora es profesor.

“Si canalizas bien tus energías para una causa buena, y encuentras maestros de vida en esto, crecer en un barrio así te da una marcha más”, considera el pianista, en conversación con Crónica.

Señala que en su vida recibió pocos abrazos, y fue en un retiro espiritual en Brasil que aprendió a hacerlo [abrazar]. Por esto, aunado a la cultura musical brasileña (samba, bossa), tiene un lazo emocional fuerte con el género afrobrasileño que durante la pandemia lo llevó a realizar del disco Ajayô. En este material hay composiciones de Danise y obras tradicionales de Nápoles, México y Brasil, que presentará en el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (CENART), este jueves 17 de junio, a las 19hrs.

“Di mi último concierto el 20 de febrero de 2020, y esto será el primer concierto después de casi un año y medio de pandemia”, apunta.

Posteriormente, el músico italiano se presentará en San Miguel de Allende y Guanajuato, antes de volver al CENART: el sábado 26 de junio, a las 19:00 h, y el domingo 27 a las 13:30 h, en el Teatro de las Artes, Danise musicalizará, improvisando en vivo, la proyección de la película muda L’Inferno (1911), de Francesco Bertolini, Giuseppe De Liguoro y Adolfo Padovan. Una de las primeras cintas surrealistas de la historia y la primera de ficción del cine italiano, basada en La Divina Comedia, de Dante Aligheri, cuyo 700 aniversario de muerte se conmemora este año.