Bienestar

Vivir con dolor crónico afecta la calidad de vida y la productividad

Su alto impacto en la calidad de vida del paciente y su entorno hacen que el diagnóstico oportuno y el manejo adecuado de esta condición sea indispensable.

Este padecimiento es considerado como uno de los problemas de salud más subestimados globalmente

Vivir con dolor crónico afecta la calidad de vida y la productividad

Vivir con dolor crónico afecta la calidad de vida y la productividad

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El dolor crónico afecta a uno de cada 10  adultos en el mundo y en el caso de Latinoamérica, se estima que tres de cada diez personas lo padecen. En ese sentido, instituciones como la Organización Mundial de la Salud  (OMS) han señalado que se debe reconocer el alivio de esta condición como parte integral del derecho a la salud física y mental.

Asimismo, la OMS ha advertido que la independencia de los individuos puede limitarse tanto, que este padecimiento es considerado como uno de los problemas de salud más subestimados globalmente y que, alrededor de la mitad de quienes padecen dolor crónico no pueden hacer ejercicio, dormir adecuadamente, caminar, conducir un auto; así como desempeñar actividades domésticas sencillas.

Para la Dra. María del Rocío Guillén Núñez, médico anestesiólogo y especialista en Medicina del Dolor y Cuidados Paliativos médico adscrito a la clínica de dolor del Instituto Nacional de Cancerología, el dolor crónico impacta directamente la calidad de vida de los pacientes, afectando no solo su salud física y funcionalidad, sino también otros ámbitos como su bienestar emocional y social.  Por ello es muy importante que esta enfermedad sea diagnosticada a tiempo.  Es una condición que requiere de profesionales especializados para su manejo, y debe ser abordada de manera multidisciplinaria e integral.

A propósito del Día Mundial Contra el Dolor, La Dra. Rocío Guillén comparte algunas características particulares del dolor crónico:

Condición prolongada. El dolor agudo es una respuesta a un estímulo nocivo sobre el organismo que tiene una función protectora: alerta sobre el daño e indica que hay algo que debe tratarse. Sin embargo, cuando éste se prolonga por más de 3 meses o bien está presente más allá del tiempo de curación del daño orgánico que lo produjo, se considera crónico  y deja de cumplir un propósito útil, perdiendo está función de protección al organismo.

Intensidad. En la actualidad, preguntar por cuán intenso es el dolor que siente el paciente ha empezado a formar parte del protocolo de atención médica. Aunque el registro de la intensidad del dolor siempre es subjetivo, la ventaja es que el médico obtiene una idea directa de la percepción del paciente  y que le permite definir si se trata de un dolor leve, moderado o severo, lo cual aunado al escenario temporal del dolor (agudo o crónico) son puntos fundamentales para instituir una terapéutica adecuada.

Alta prevalencia. Se estima que 3 de cada 10 personas sufren de dolor crónico en Latinoamérica y, en el mundo el uno de cada diez adultos padece esta condición.

Multicausal. El dolor crónico puede tener como antecedentes una infección, algún problema de espalda o enfermedades como el cáncer, la artritis, el dolor neuropático, fibromialgia, entre otros. Sin embargo, a diferencia del agudo, la enfermedad de base puede dejar de ser el origen: se hace crónico cuando ocurre un daño en los nervios, por lo que debe ser tratado como una condición independiente.

Impacto en la calidad de vida. Además del impacto en el funcionamiento físico, puede ocasionar ansiedad, depresión, perturbaciones del sueño, entre otros problemas que impiden el desarrollo personal del paciente. Por otro lado, investigaciones recientes indican que el 78% de pacientes no se encuentran satisfechos con la eficiencia del tratamiento que reciben.

Padecer dolor en muchos de los casos es inevitable, sin embargo el vivir con él no debería ser una opción. El entendimiento de que el dolor crónico es una enfermedad como tal indica que debe ser atendida tal cual para mejorar la calidad de vida y la funcionalidad de las personas que lo padecen.

Asimismo, diferentes estudios indican la necesidad de que los diversos actores del sector salud trabajen en conjunto, para mejorar la comprensión que se tiene sobre el dolor crónico a fin de ofrecer un diagnóstico oportuno y un manejo adecuado para los pacientes que sufren esta con esta condición.