Opinión

Y ahora... a lo que sigue

Y ahora... a lo que sigue

Y ahora... a lo que sigue

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Con todo el dolor y la angustia que particularmente para el mundo occidental significa el Festival de Yulin, en China, a iniciar el próximo día 21, la Humane Society International nos recuerda y pide sumarnos a la inmensa lucha que, conjuntamente con asociaciones de protección animal locales, lleva a cabo para desterrar esa bárbara costumbre de comer perro en tal evento, para peor, criaturas muchas de ellas arrebatadas de su hogar o a las calles, y que antes de ser convertidas en platillo son sometidas a la crueldad máxima de la que sólo un ser humano es capaz y ello, con el fin de provocarles intenso dolor y agonía infinita para que su carne quede impregnada de toxinas que cubran el efecto deseado. Idiotez completa sí, “tradición” también, pero asimismo realidad absoluta que hoy es total vergüenza para esa República Popular, y…

Pasando a otros claroscuros del diario acontecer, en nuestro México querido tampoco la llevamos nada bien en el tema de los otros animales y en general en el cuidado al medio ambiente. Pese al esfuerzo de muchas personas y entidades (e incluso de los medios) por tratar de ser festivos respecto a la recién pasada celebración mundial por los océanos, partiendo precisamente de que nuestro país destaca por su amplísima extensión y biodiversidad marinas, hubimos de reconocer la tremenda merma que tenemos en esa materia y que concluye en muy poco o casi nada para festejar. Antes bien lo contrario, pues está claro el desastre que para la sustentabilidad de nuestros mares representa la pesca ilegal. Y a lo anterior agreguemos que estamos a un tris de perder a la vaquita, especie endémica que la libró de panzazo con los dos gobiernos anteriores pero que no se siente que vaya a suceder igual con el presente, al no percibirse interés o siquiera conocerse un esfuerzo real y tangible para atender obligación tan delicada, que con la sola decisión de eliminar las redes en las que estos cetáceos terminan asfixiados y vigilar estrechamente la zona donde quedan sobreviviendo entre 5 y 6 individuos, la tendríamos medianamente resuelta. Luego, tenemos que por lo mismo sigue la espantosa mortandad de tortugas marinas y otros organismos en el Golfo de Ulloa, sin omitir la evidente pretensión de desaparecer a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), entidad a la que en lo personal sólo le suprimiría la referencia cosificadora del “Uso”. Para finalizar, al parejo del Día Mundial del Medio Ambiente, este 5 de junio, se nos recordaron los 21 años de otra comisión, la Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), asimismo bien nacida pero actualmente harto disminuida, lo que por ende la hace carecer de recursos y personal suficientes para hacerse cargo del cuidado de casi 91 mil hectáreas bajo su encargo y que según, ocupan “el 11.1 % del territorio nacional terrestre y el 22 % de la superficie marina”.

En otra trama, pronostico que vendrán tiempos en que los ganadores de las recientes contiendas descubran el importante nicho que somos los animalistas y ofrezcan hacer y deshacer. Pongámonos bien truchas y mostremos u-ni-dad para que sean elaboradas y/o reformadas leyes eficaces y eficientes, así como programas para atender el bienestar y la protección animal, cumpliendo y haciendo cumplir los ordenamientos vigentes en la materia, muy particularmente en los rubros de crueldad y control poblacional de perros y gatos, pero, más allá de su esterilización, y previniendo y sancionando duramente su abandono. Por hoy me despido, no sin ovacionar la inhabilitación de Luis Videgaray, quien impuso IVA a los alimentos especialmente di-se-ña-dos para los animales no humanos, como si de un lujo se tratara.
producciones_serengueti@yahoo.commarielenahoyo8@gmail.com