Opinión

AMLO, “haiga sido como haiga sido”

La consulta de Revocación de Mandato es un operativo de propaganda para beneficio del presidente y su partido. Pero ni el presidente ni su partido la quieren pagar. Van por un beneficio gratuito y que los gastos corran por parte del INE. Para cumplir su capricho autoritario, al Ejecutivo no le ha importado someter a los otros Poderes de la Unión, exhibir su dependencia. Le complace enviar el mensaje de que solo sus chicharrones truenan.

Cuartoscuro

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El tema no forma parte de las preocupaciones de la ciudadanía. A la gente no le interesa. He escrito, y lo reitero ahora, que la Revocación no es tema de ninguna charla de sobremesa en las casas, ni entre compañeros de trabajo, ni motivo de plática en el transporte público o en la fila de las tortillas. Nadie habla de ella.

La gente anda en otras cosas. Quiere paz en sus comunidades, empleo, salud, educación, y desea que el presidente cumpla su periodo presidencial, ni un día menos, ni un día más. Los miles de millones de pesos que costará la consulta podrían dedicarse a otras muchas cosas, pero el gobierno que pregona la austeridad presiona con todo para que se la consulta se lleve a cabo porque supone que le traerá beneficios políticos para el cierre del sexenio.

El presidente quiere la consulta para emprender cualquier aventura política que su deteriorada salud le permita, como reelegirse, ampliar su mandato dos años o imponer al candidato o candidata presidencial que más le convenga. Lo que busca AMLO es emular a Felipe Calderón y decir, al día siguiente de la consulta, “haiga sido como haiga sido” pero el pueblo me quiere y en nombre de ese pueblo puedo hacer o decir cualquier barbaridad.

La consulta se hará como pueda hacerse, hasta donde alcance el dinero, con menos casillas, menos personal, menos garantías. Nada de eso le interesa al gobierno porque el resultado no está en juego. En un desplante de surrealismo político bananero, el gobierno es el que impulsa su propia revocación. Por eso las brigadas de Servidores de la Nación tuvieron tantas dificultades para hacerle entender a la gente que si firmaban a favor de la revocación no era para que revocarle el mandato el presidente, sino para ratificarlo, aplaudirlo, echarle porras.

¿Por qué no se da por ratificado su mandato? Parda celebrarlo Morena podría organizar otra de sus rumbosas pachangas en el Zócalo con la Sonora Dinamita, Belinda, Susana Harp y Eugenia León. ¿Puede contratar a un maestro de ceremonias que se sepa todos los ditirambos posibles para halagar la vanidad del presidente y nos ahorramos el dineral que se tirará al drenaje el día de la Revocación?

Una pregunta confusa, una estructura pequeña, ciudadanos distraídos, y el gobierno y Morena salivando para aprovechar al máximo el resultado. ¿Qué puede salir mal? Los jaloneos de los últimos días por el presupuesto y la redacción de la pregunta muestran sin asoma de duda que estamos ante una broma macabra.

El mecanismo de Revocación de Mandato puede servir para resolver una crisis política de hondo calado; una crisis política en la que, por fortuna, no estamos. Darle un mal uso al mecanismo, usarla para beneficio personal, es un golpe a la democracia y puede, de manera paradójica, acercarnos a esa crisis política.