Opinión

Del comercio informal en el AIFA a la economía social y solidaria

Con la inauguración de las operaciones del Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, en paralelo, se difundieron las imágenes de una mujer que encontró la oportunidad para vender, a suelo raso, uno de los antojitos más sabrosos y nutritivos de nuestro país: las famosas tlayudas.

Más allá del falso y estéril debate sobre lo inacabado de una de las obras aeroportuarias más importante de la zona metropolitana de la Ciudad de México (en este caso la falta de comercios alimentarios), las imágenes muestran la cotidianidad de millones de mujeres, que, impulsadas por la responsabilidad de contribuir o hacerse cargo por completo de la economía familiar, no dejan pasar la oportunidad que les ofrece cualquier aglomeración para realizar la venta de aquellos productos que les indica su instinto comercial activado por la necesidad, más que por las técnicas mercadológicas y con infraestructuras ostentosas.

Sin embargo, este episodio en nada contradice las expectativas de detonar actividades aeroportuarias, comerciales e industriales que se anunció desde la construcción del nuevo Aeropuerto Internacional en Santa Lucía en beneficio del desarrollo del propio Estado de México como del vecino estado de Hidalgo; al contrario, contribuye al debate sobre la necesidad de contar con políticas racionales de economía social que mejoren la forma de vida de las personas (especialmente de las mujeres cabeza de familia) y, que, a decir del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, permitiría la atención, capacitación, educación y financiamiento integral de los agentes de la economía informal.

De acuerdo con datos del Fondo Monetario Internacional, la participación laboral femenina en México, de 2020 fue cercana al 47 % comparada con 79 % de la masculina, dato relevante para el caso, ya que, dentro de las estrategias de crecimiento en nuestro país se deben incluir acciones que eleven la formalidad del empleo, e inversamente proporcional, reduzcan la informalidad e incrementen las oportunidades para la educación financiera y emprendimiento de las mujeres.

En los últimos dos años, derivado de las afectaciones de la pandemia de Covid-19, cerca del 40 % de la fuerza laboral de México se detuvo, siendo el sector poblacional de las mujeres el que más lo resintió, con impacto del 70 % debido a su activa participación en sectores de mayor contacto como la hospitalidad, además de que debían permanecer al cuidado de los niños y quedarse en casa ante el cierre de actividades por el confinamiento. Para muchas de ellas, como cabeza de familia, las afectaciones han sido devastadoras.

Al respecto, debemos considerar que conforme se vayan reincorporando las mujeres a la economía, la recuperación tomará mayor fuerza y vigor, por lo que para obtener un mayor impacto positivo se deben implementar políticas eficaces enfocadas a consolidar el bienestar de las mujeres y sus familias.

Es innegable que en cualquier nación la desigualdad entre hombres y mujeres resta potencial de crecimiento, desarrollo y progreso, y que para cerrar esas diferencias se necesita una agenda específica de políticas que faciliten a las mujeres el acceso al mercado laboral, a la educación, a la salud y al financiamiento, con objetivos claramente medibles, y reconociendo la importancia de la participación de las mujeres en la actividad económica de nuestro país.

De esta manera, la imagen de la mujer aplicada en solitario a su negocio informal el día inaugural del nuevo Aeropuerto “Felipe Ángeles”, eliminando el sensacionalismo mediático detractor, representa la oportunidad para que, desde una perspectiva de género en la dinámica social, se trabaje sobre el desarrollo de la economía social y solidaria que permita a las mujeres, de una manera organizada, incidir en las acciones que ayuden al bienestar de millones de familias mexicana, reduciendo la brecha de desigualdad y falta de oportunidades, en el marco de una transformación que sigue el camino correcto hacia la edificación de una sociedad con mayor igualdad, equidad y justicia para todos.

Foto: Alberto García

Foto: Alberto García