Opinión

El COVID se está convirtiendo en una gripa

Estados Unidos ya declaró el fin de la pandemia de COVID. Además de que, desde hace varias semanas, la obligación de la utilización de mascarilla fue eliminada, dos datos significativos de este fin de semana son que se canceló el requisito de tener una prueba COVID negativa para entrar a ese país y en la página del New York Times dejó de publicarse la sección con el conteo de casos, hospitalizaciones y muertes por COVID que se encontraba ahí desde el inicio de la pandemia. Bueno, no desapareció, pero ahora está a un click de distancia, lo que en este mundo de inmediatez significa que ya va de salida. Al rato va a estar a dos clicks y cuando esté a tres, ya desapareció. La pandemia ya dejó de ser de interés para los medios y, por lo tanto, dejará de ser de interés para el público.

No es que ya no haya casos de COVID, pero es que gracias a la vacunación masiva dejó de ser una enfermedad grave a nivel poblacional. Sigue siendo grave en quienes tienen inmunosupresión o en el grupo de personas que por razones diversas deciden que no quieren vacunarse. En una familia de amigos que conocemos en Boston han ocurrido dos muertes por COVID en personas que no quisieron vacunarse y, a pesar de eso, sigue habiendo miembros que continúan en la negativa de vacunarse. Es increíble lo que las personas hacen o dejan de hacer, por defender una creencia, para la cual no tienen fundamento alguno. Pero bueno, eso lo ha visto la humanidad en formas más violentas a lo largo de miles de años.

Tengo la impresión de que estamos, sin embargo, inmersos en la quinta ola de COVID. Hay más casos hoy que en varios meses de la pandemia, pero como ya le perdimos el miedo, nos ha dejado de importar. Lo que sucede es que ya no se registran. Nunca había sabido de tantos casos cercanos en una misma semana. La semana pasada al menos ocho personas conocidas, cercanas, tuvieron COVID. Pero en todos los casos, el diagnóstico fue corroborado por una prueba positiva realizada en casa y, por tanto, no se documentaron en forma oficial. Cuando uno conoce muchas personas con cierta enfermedad, eso significa que es muy frecuente. Es el caso de la diabetes mellitus o la hipertensión arterial. El que conozcamos varias personas con esas enfermedades habla de lo frecuente que son. En cambio, es muy poco probable que el amable lector conozca a alguien con anemia de células falciformes que en nuestro medio es una enfermedad muy rara.

Algo bueno es que veo que la población ya aprendió que ante un caso de COVID los datos de alarma son la temperatura muy alta y la oxigenación por debajo de 90 y que, en ausencia de estos, lo único que hay que tomar en caso de malestar es paracetamol o un antiinflamatorio. La población finalmente venció a los charlatanes de la hidroxicloroquina, azitromicina, ivermectina, etc.

Ante el repunte de casos positivos a la COVID-19, es recomendable mantener el uso del cubrebocas, sobre todo en espacios cerrados

Ante el repunte de casos positivos a la COVID-19, es recomendable mantener el uso del cubrebocas, sobre todo en espacios cerrados

Hasta ahora, quien tiene COVID todavía se está quedando en casa durante varios días hasta sentirse mejor y que la prueba se vuelva negativa. Lo que me preocupa es que no va a pasar mucho tiempo en que la gente deje de ser precavida con la posible transmisión de la enfermedad. Antes de la pandemia, la gente con gripa se presentaba a trabajar o a una reunión social y al saludarla y preguntarle como estás, te contestaba sin pudor: ¡con una gripa terrible! Momento en que te dabas cuenta de que probablemente te acababas de contagiar. No tarda mucho para que pase eso mismo con el COVID.