A pesar de que los datos presentados hace unos días en el Tianguis Turístico por el secretario Miguel Torruco Marqués son positivos, el verdadero problema para el turismo en México es la degradación que sufrió la aviación de nuestro país a categoría 2, que desde hace ya un año impuso la Administración Federal de Aviación de EUA (FAA, por sus siglas en inglés), por incumplir los estándares de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).

Fueron 28 los puntos que cuestionó la FAA; el más importante, la falta de actualización de los programas de formación y la necesidad de modificar la ley de aviación civil para que responda a las nuevas condiciones de la aviación comercial nacional e internacional. Otro aspecto que señalaron los inspectores de la FAA fue el relativo al déficit de controladores del tránsito aéreo, tanto en cantidad como en calidad profesional, por lo que solicitó a la Agencia Federal de Aviación Civil de nuestro país (AFAC) presentar un plan estructurado y con fechas concretas a fin de evaluar las acciones correctivas y su progreso.

Por este motivo, México seguirá perdiendo valioso terreno en el crecimiento de sus aerolíneas ya que por la limitación que impone la degradación a categoría 2, las aerolíneas mexicanas no pueden operar nuevos vuelos hacia Estados Unidos, ni incorporar más aviones para rutas hacia ese país. Esta desafortunada situación ha ocasionado que en el último año, el 71.4 por ciento de pasajeros transportados entre EU y México haya volado por aerolíneas norteamericanas y sólo un 28.6 por ciento lo hizo por aerolíneas mexicanas como Volaris que capitanea Enrique Beltranena, Aeroméxico de Andrés Conesa y Viva Aerobus que dirige Juan Carlos Zuazua. La mayor parte del pastel se lo están llevando los extranjeros y esto se lo debemos al pésimo manejo que se le ha dado a este tema desde Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM), que encabeza el recién nombrado Ricardo Torres Muela.

Un ingrediente adicional para no recuperar la categoría 1 en el cortísimo plazo, lo constituyen los recientes incidentes de varios aterrizajes abortados en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, por deficiencias en el control del tránsito aéreo.

Vinculan a proceso a excandidato de RSP y le imponen medidas cautelares

El equipo del experimentado abogado Víctor Olea Peláez nos informa que el pasado 24 de mayo, un Juez de Control del Sistema Procesal Penal Acusatorio, del Distrito Judicial de Tlalnepantla, vinculó a proceso a José Gabriel Cordero Rodríguez, esposo de Mónica Gabriela Díaz Dávila, secretaria particular del gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, y ex candidato del desaparecido partido Redes Sociales Progresistas, por el delito de daño en los bienes en contra de un prestigioso conjunto residencial ubicado en Huixquilucan, Estado de México. A Cordero Rodríguez se le impusieron como medidas cautelares la obligación de exhibir una garantía económica, misma que ese mismo día exhibió, y presentarse periódicamente a firmar ante el Centro Estatal de Medidas Cautelares, subdirección Tlalnepantla, ya que la Fiscalía acreditó que este señor no tiene ni siquiera un domicilio en la entidad, y que además vive en Monterrey, Nuevo León. La autoridad determinó que, al existir un claro riesgo de fuga, se le impusieron dichas medidas cautelares para asegurar su presencia en el proceso. José Gabriel Cordero Rodríguez también está siendo investigado por el delito de extorsión ante la propia Fiscalía General de Justicia del Estado de México, bajo la carpeta de investigación número TLA/FNC/FNC/060/318152/21/11, delito que se castiga de 40 a 70 años de cárcel cuando es cometido en contra de personas con las que se tiene algún vínculo de confianza o familiar, como es el caso de José Gabriel Cordero Rodríguez. Sería interesante conocer la opinión del gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, en cuanto a que el esposo de una de las personas más cercanas a él, ahora esté vinculado a proceso por dañar bienes ajenos y además esté siendo investigado por algo tan delicado como lo es el delito de extorsión.