Opinión

Las fases 1 y 2 de la vacuna Abdala

En abril de este año fue reportado en la revista eClinicalMedicine, que es parte del grupo The Lancet, el estudio de fase I y II de la vacuna Abdala producida en Cuba. Se trata de una vacuna basada en la secuencia recombinante de la región RBD de la proteína spike del SARS-CoV-2 producida en levadura y con albúmina como adyuvante.

Se estudiaron 132 sujetos entre 18 y 80 años en el estudio fase I, para determinar la seguridad, divididos en dos esquemas con tres grupos cada uno. Un esquema que incluía tres dosis que fueron administradas en los tiempos 0, 14 y 28 días (esquema corto) y otro en el que las tres dosis se administraron a los 0, 28 y 56 días (esquema largo). En ambos esquemas hubo tres grupos con 22 individuos cada uno. Un grupo que recibió placebo, uno que recibió vacuna a 25 g y otro a la dosis de 50 g. Para la fase II solo se utilizó el esquema corto de administración. Esta fase 2 fue diseñada para conocer la respuesta inmunológica inducida por la vacuna. Se estudiaron 660 sujetos, divididos en los mismos tres grupos con 220 en cada uno, a los que se agregaron los 66 sujetos del estudio fase I en el esquema corto, que también fueron incluidos en el seguimiento de la fase 2.

La vacuna fue bien tolerada. No hubo reacciones adversas graves, solo las leves ya conocidas: dolor e hinchazón en el sitio de punción, que ocurrieron del 25 al 35 % de los sujetos, incluyendo los del grupo placebo. En la fase 2, la seroconversión, es decir la producción de anticuerpos contra el virus, fue bastante buena. Se observó a los 56 días en el 95 % del grupo que recibió 50 g y 81 % del que recibió 25 g y ninguno en el grupo placebo. Con más seguimiento, a los 70 días se observó seroconversión en el 100% del grupo de 50 g y 94 % en el grupo de 25 g. La conclusión del estudio es que la vacuna Abdala es segura, bien tolerada e induce una respuesta inmune que es similar a otras vacunas. Aunque esto no demuestra su utilidad para prevenir el COVID, para lo cual se requiere de un ensayo clínico controlado (fase 3), sí augura buenos resultados, ya que hemos visto repetidamente que todas las vacunas que indujeron inmunidad y fueron seguras en las fases 1 y 2, tuvieron buenos resultados en los estudios de fase 3.

Llama la atención e invita a la reflexión que Cuba, siendo un país mucho más pequeño que el nuestro y sin nuestros recursos económicos, tenga una vacuna más avanzada que la nuestra. La vacuna Patria apenas continúa con el reclutamiento para el estudio fase 2. Quizá sea porque los cubanos no tenían mucha opción de negociar para comprar las vacunas de otros países y por eso se abocaron con más seriedad a hacer la propia, pero el hecho de que la hicieran demuestra, sin lugar a duda, que nosotros podríamos haber hecho algo similar e inclusive antes que ellos.

Otra observación que me parece interesante resaltar es cómo los nombres reflejan en dónde está el interés. Mientras que en otros países las vacunas llevan el nombre técnico relacionado con su origen (por ejemplo, ChAdOx1-S es el nombre de la de AstraZeneca), en México la vacuna se llama Patria y en Cuba Abdala, tomado de un poema escrito por José Martí sobre un joven que lucha en defensa de la patria.

Vacuna cubana

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Dr. Gerardo Gamba

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM