Una nota de El País firmada por Carmen Morán Breña informó de la intención de gobierno de AMLO de enterrar el modelo educativo vigente, --al que acusa de neoliberal, individualista y competitivo--, y de suplantarlo por otro: un modelo basado en aprendizajes socio-comunitarios (El País, 01-05-22).

La periodista reacciona con sorpresa ante el largo silencio que mantuvieron las autoridades respecto a este cambio radical y también por el silencio, la pasividad y la resignación que adoptó la sociedad después de este anuncio. No es fácil comprender cómo una transformación de tan alto calado, que afecta la vida de millones de personas y que compromete el futuro de la nación, no provoque una reacción vigorosa de parte de la sociedad y de los medios de comunicación.

No se ha dado un debate vigoroso en torno a la renovación educativa que la SEP quiere llevar a cabo. Los profesores, los primeros afectados por esta reordenación del sistema educativo, guardan silencio. Algunos, probablemente se reprimen porque apoyan al presidente. Muchos otros simplemente no tienen información. Con perfidia y maña, la SEP ha procesado su proyecto de manera soterrada, casi clandestina, no le ha dado publicidad y los documentos que dan sustento a esta transformación educativa han tenido escasa difusión. Hay en México 1.5 millones de maestros: ¿cuántos de ellos han sido informados sobre lo que bien?

Una fracción mínima, quizá. Se realizaron, es verdad, asambleas estatales para consultar a los maestros, pero fueron sesiones burocráticas en las que participaron principalmente funcionarios, directores, supervisores, etc. Pocos maestros en activo. Se observa en las deliberaciones (registradas en Youtube), que pocos participantes leyeron los documentos donde la SEP explica su modelo comunitario. En ninguna de estas reuniones se abordaron los puntos esenciales del modelo; en cambio, abundó en ellas la retórica servil y la politiquería barata.

Este espeso y extraño silencio revela que hoy el presidente de la república es quien impone la agenda diaria de la discusión pública y, por lo pronto, no ha querido darle importancia a un tema que, percibe, como una papa caliente. AMLO presiente que, darle aliento público al tema educativo, puede desencadenar un alud de críticas y gestar deliberaciones sobre asuntos que no entran en el conjunto de sus competencias.

La educación comunitaria será producto de una imposición, no del consenso de los actores educativos y de la ciudadanía. Ante el silencio ominoso de la sociedad se destruirá la obra educativa que México desarrolló a lo largo de un siglo y se impondrá una educación doctrinaria, anti-moderna, retardataria y oscurantista que acarreará un derrumbe sin precedente de nuestra educación.

Con la intención de romper el muro de silencio que han creado las autoridades y manifestar nuestra alarma por la amenaza que se cierne sobre la educación nacional, un grupo de más de 300 ciudadanos, entre maestros de educación básica, investigadores, académicos y escritores y ciudadanos, decidimos publicar el desplegado En defensa de la educación que se publicó, primero en La Crónica de Hoy el 20 de abril pasado y más tarde en Reforma, en SDP Noticias y el Heraldo de México. En ese documento manifestamos, entre otras cosas, lo siguiente.

“El proyecto de la SEP se funda en una visión sectaria e doctrinaria. Abandona los fines nacionales de la educación y dispersa esa actividad en miles de comunidades cuyos saberes, usos y costumbres impactarán decisivamente en la formación de los alumnos. Será una atomización del sistema educativo. Se renuncia a la búsqueda de la calidad educativa y prácticamente se deja de lado la evaluación, al menos tal y como la conocemos”.

“Queremos decir que este proyecto no respeta, sino atropella, principios constitucionales básicos como el laicismo, la rectoría estatal de la educación, el carácter y el criterio nacional de la educación, la unidad de la nación, la disposición de promover el desarrollo continuo del proceso enseñanza y aprendizaje, el fomento del amor a la patria, el criterio que establece que la educación se base en los avances del desarrollo científico y luche contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios”.