El presidente tiene corazón de condominio, quiere a sus corcholatas, a todas. Ayer derramó miel hablando de las cualidades de los tres punteros para la sucesión 2024.

Una ráfaga de piropos para la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum. Otra para el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y una más para el canciller Marcelo Ebrard, que no estuvo en el Palacio del Ayuntamiento, pero le llegaron los halagos.

Lo cierto es que al presidente le divierte mucho hablar del tema. Ha conseguido un logro político de primer orden: expandir la idea que la sucesión presidencial es cosa de Morena y que los demás partidos, distraídos, están al margen mirando desde lejos.

No solo eso, se da el gusto de decir que él no decidirá el nombre del candidato presidencial de Morena, que lo hará el pueblo.

Claro que después de decirlo le gana la risa.

Narro, dinamita puentes

El activismo de José Narro en la Cámara de Senadores inquieta a las bancadas de la oposición, pero también a la de Morena.

Si consigue su objetivo de ser el próximo presidente de la Cámara Alta la construcción de consensos entre el partido en el gobierno y la oposición será virtualmente imposible.

No solo sería un obstáculo para el diálogo, sino que generaría toda clase de sobresaltos al interior de la bancada mayoritaria. Narro ha mostrado una y otra vez que quiere descarrilar el trabajo de Ricardo Monreal, titular de la Junta de Coordinación Política.

Ahora que quiere el cargo de presidente de la Mesa Directiva, el senador Narro se presenta como puente de comunicación, pero se lo dice a quienes lo han visto dinamitar puentes por más de tres años.

Puras vergüenzas

La mala fama del gobierno de Cuauhtémoc Blanco en Morelos, se expande a nivel internacional.

El estado de Derecho sufre en la entidad un deterioro constante. Corrupción e impunidad se enseñorean.

La organización World Justice Proyect presentó su Índice de Estado de Derecho en México y ubicó a Morelos en el penúltimo lugar nacional. Una vergüenza.

La corrupción en la entidad es, según este estudio, la mayor en el país y sus instituciones de seguridad y procuración de justicia las peor evaluadas por la población.

El gobierno del ex futbolista está prendido de alfileres. Su único apoyo emana del Palacio Nacional donde pensaban que podían sacarle provecho político a la inmensa popularidad del jugador chilango, pero ya ni eso.

A paso de tortuga

El gobierno de López Obrador cumplirá cuatro años. Apenas ahora los ministros de la SCJN están analizando la constitucionalidad de la figura de los súper delegados que la 4T ha usado como fábrica de candidatos a gobernador.

Los superdelegados tienen una plataforma idónea para el proselitismo político, porque son el enlace único entre las secretarías de Estado y los gobiernos de las entidades federativas en la implementación de todos los programas federales. Puro lucimiento.

Así ha funcionado sin obstáculos todos estos años. A estas alturas la eventual declaración de inconstitucionalidad sería el ejemplo de justicia tardía.

Se dirá que para aclarar dudas más vale tarde que nunca y es verdad, pero la figura del súper delegado fue protagonista durante la primera mitad de la administración, es inadmisible la tardanza en detectar inconsistencias serias en su diseño institucional.