Opinión

Litio, control de daños

¿Nacionalizar el litio compensa el tropiezo de la Reforma Eléctrica? No, pero es una eficaz acción de control de daños.

La 4T no saldrá con las manos vacías de la maratónica sesión de la Reforma Eléctrica.

Su objetivo central es evitar transmitir la sensación de la derrota. Eso nunca. Su divisa es: La 4T nunca pierde, y cuando pierde arrebata.

Foto: Especial

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La idea es, como siempre, dominar la narrativa. Que los titulares no se los lleve el rechazo a la reforma sino el tema del litio y que la reforma quede reducida a una operación de los traidores de la patria, que así describen a quienes tienen opiniones diferentes.

Ni un tema ni el otro se agotan en los estrechos límites de San Lázaro. México y sus socios comerciales en el T- MEC, Canadá y Estados Unidos, todavía tendrán que comerse varios pollitos.

Misión imposible

El fallecimiento de Rosario Ibarra de Piedra colocó a México frente a un espejo negro. Ibarra comenzó una lucha, primero personal, luego colectiva, para dar con los desaparecidos en la década de los años 70, entre ellos su hijo, en el contexto de la Guerra Sucia.

Medio siglo después el problema de los desaparecidos y de los familiares que los buscan ha crecido de manera exponencial, sembrando de dolor y vergüenza al país.

A larga lucha de Rosario para dar con el paradero de su ser querido se sumaron primero docenas, luego centenas y ahora, en estos días, miles de madres buscando, incluso con picos y palas, a sus hijos e hijas.

Instituciones nacionales, frágiles, complacientes o de plano cómplices, no fueron capaces de dar despuesta positiva a la demanda de Rosario Ibarra y ahora, ante la avalancha de desaparecidos, muestran sus dolorosas limitaciones.

CNDH, crisis terminal

El fallecimiento de Rosario coincidió en los medios con la noticia de que un centenar de policías capitalinos logró desalojar la sede de la CNDH que llevaba casi dos años ocupada por colectivos feministas.

La actual presidenta de la CNDH es la hija de Rosario, y recibió el cargo como un reconocimiento a la lucha incansable de su madre.

Por desgracia las expectativas del nombramiento no se cumplieron, ante la decisión de Rosario Piedra de transformar al organismo en una pieza más, casi irrelevante, en el tablero de la 4T.

El país atraviesa por la crisis de derechos humanos más aguda de su historia y la titular del organismo que tiene la obligación de tutelarlos se concentra en no incomodar, ni siquiera con una declaración contundente, al titular del Poder Ejecutivo, a quien considera su jefe.

La CNDH ayuda poco, casi nada, a la sociedad en la lucha contra las desapariciones.

Cultura del feminicidio

Lo primero que se tiene que hacer con respecto a la desaparición y asesinato de mujeres, es tomar en serio el problema. No suponer que la mala racha puede desaparecer como llegó, casi por generación espontánea.

Hace casi 30 años en Ciudad Juárez, Chihuahua, las primeras víctimas ocupaban lugares secundarios en los medios. Los casos aislados dieron lugar a docenas y después a cientos de desapariciones. Se lograron documentar 198 casos y otros tantos quedaron en el olvido.

Normalizar la violencia es abandonar a las víctimas y hacerles el caldo gordo a los agresores. Cada vida humana cuenta, hay una dignidad ontológica que no puede, bajo ninguna circunstancia, menospreciarse.

La clave para detener la ola de violencia feminicida es evitar la impunidad, que todos los agresores enfrenten la consecuencia de sus actos. Solo así.