Opinión

Un mexicano como director global de gobierno del Banco Mundial

La llegada de Arturo Herrera Gutiérrez, economista mexicano y Secretario de Hacienda y Crédito Público de México (2019-2021), abrirá a partir de julio de éste año 2022, una gran ruta para la ayuda a los países en desarrollo a mejorar su acceso a los mercados internacionales y a así puedan aumentar su participación en el sistema de comercio mundial.

@ArturoHerrera_G

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El comercio es un motor de crecimiento que genera mejores empleos, reduce la pobreza y aumenta las oportunidades económicas. Las investigaciones recientes muestran que la liberalización del comercio promueve el crecimiento económico en un promedio de 1 a 1,5 puntos porcentuales, lo que da lugar a un aumento de entre el 10 % y el 20 % de los ingresos después de una década. El comercio ha impulsado los ingresos en un 24 % a nivel mundial desde 1990, y en un 50 % en el caso del 40 % más pobre de la población. En consecuencia, desde 1990, más de 1000 millones de personas han salido de la pobreza gracias al crecimiento económico generado por mejores prácticas comerciales.

El comercio también se vincula con una mayor participación de las mujeres en la fuerza laboral, con un grado de formalidad superior y salarios más altos. Las empresas exportadoras de países en desarrollo emplean a más mujeres que las no exportadoras, y las mujeres representan hasta el 90 % de la fuerza laboral en las zonas francas para este sector. El fomento de la cooperación a través del comercio y la actividad empresarial es fundamental para ayudar a los países a salir de los conflictos.

Con frecuencia, los países en desarrollo deben enfrentar factores indirectos que obstaculizan su acceso a los mercados mundiales, tales como prácticas comerciales anticompetitivas, entornos regulatorios poco favorables para el crecimiento de las empresas y la inversión, o infraestructura limitada. Incluso los países con políticas comerciales liberales y transparentes se ven afectados si sus mercados no están conectados, y una gran cantidad de las personas extremadamente pobres del mundo vive en territorios sin litoral, en zonas remotas o desatendidas por las redes comerciales internacionales. El GBM ayuda a los países clientes a superar esos obstáculos, para que mejoren su acceso a los mercados internacionales y aumenten su participación en la economía mundial.

A pesar de los beneficios económicos que puede generar el comercio, no todos están aprovechando las ventajas de la globalización. El comercio, con las mejoras de la productividad y los avances tecnológicos que lo acompañan, puede provocar pérdidas de empleos en ciertas regiones y sectores. Trabajamos para impulsar políticas que ayuden a los países en desarrollo y a los grupos desfavorecidos de esos países, para aprovechar las oportunidades provenientes del comercio y de los cambios tecnológicos.

Estas políticas incluyen respuestas a corto plazo, como programas de capacitación y asistencia en la búsqueda de trabajo, pero también soluciones a largo plazo que crean economías más resilientes. Para estas soluciones, son fundamentales las redes de protección social sólidas, el acceso a educación que prepare a los estudiantes para los empleos del futuro y políticas que ayuden a los trabajadores a aumentar su movilidad. La pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve la necesidad de mantener el flujo de bienes de importancia clave a través de las fronteras. El GBM también apoya reformas impulsadas por los países para limitar el impacto de la pandemia y promover la recuperación económica.