Opinión

En el mundo faltan bebés

El mundo está viviendo una transformación demográfica que no tiene precedentes en la historia de la humanidad, con cada vez menos nacimientos de bebés y más personas viviendo vidas largas. Esto ha creado nuevas oportunidades, pero también graves problemas sociales y, sobre todo, económicos.

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Esa lentitud en el crecimiento de la población es muy clara en las dos más grandes economías del mundo: China y Estados Unidos, país que en la última década tuvo el crecimiento de población más bajo desde 1930. Sin embargo, el fenómeno se da en todas partes, aún en las naciones en desarrollo. De hecho, el único lugar donde últimamente se ha elevado el número de nacimientos es el África subsahariana.

China, por su parte, en los últimos diez años tuvo la más baja natalidad desde 1950, estadística tan alarmante que el gobierno chino anunció en mayo pasado que se permitía tener tres hijos. Dando reversa al mandato de un solo hijo, que los comunistas impusieron en 1979 y que después enmendaron en 2015 permitiendo a cada pareja concebir dos bebés.

El razonamiento de esas restricciones sobre el tamaño de las familias era impedir que la población sobrepasara el crecimiento económico del que era y es el país más poblado del mundo.

Estados Unidos es una nación que por décadas se ha mantenido dinámica y próspera debido en mucho a su alta tasa de nacimientos y lo atractivo que el país era para inmigrantes. Sin embargo, esa bonanza se está acabando de manera alarmante, dijo en un editorial este martes The Washington Post.

Y es que, de acuerdo al último censo, la población estadunidense creció solo un 0.1 por ciento en 2021, el crecimiento más bajo desde que esta nación fue fundada.

Esto se atribuye principalmente a la COVID-19, que cobró hasta ahora la vida de casi un millón de personas, más todos aquellos que, enfermos con otros padecimientos, no fueron atendidos en un sistema de salud sobresaturado con la pandemia.

Al mismo tiempo, lo incierto de la economía, la preocupación por la salud y el aislamiento social contribuyeron a que se concibieran y nacieran menos niños. Mientras, los bebés de la generación conocida como “baby boom” están alcanzado edades de 60, 70 y 80 años sin que se les esté reemplazando en la fuerza laboral con nuevos ciudadanos.

Según los expertos, se requieren incentivos gubernamentales para que se incrementen los nacimientos. Pero en Rusia, cuya población de 146 millones se espera que disminuya en treinta millones en las próximas tres décadas, ni el regalo de dinero en efectivo ni lavadoras de ropa gratis, que se da a los nuevos papás, han aumentado el número de bebés.

En los países ricos, una manera de hacer crecer la población sería abriendo las puertas a inmigrantes, pero con el sentimiento que prevalece en contra de ellos en Estados Unidos y Europa, seguramente la política triunfará sobre la economía.