El regreso sin gloria del CompraNet es una buena señal que disminuye la presión política. Fue una caída provocada por la visión gubernamental inspirada en la austeridad republicana, ejecutada como una austeridad anoréxica en camino de convertirse en franciscana. No hay un ánimo, por lo menos en el tema de la plataforma de contrataciones públicas, de restringir la transparencia o facilitar los acuerdos en lo obscurito.