Opinión

Trump, peor de lo que creíamos

Cuando termina el año y Joe Biden está a punto de cumplir doce meses como presidente, Estados Unidos alcanza los 800 mil muertos a causa de Covid-19. Un mal que podría cobrar de nuevo fuerza ahora que por el frío la gente pasa más tiempo en espacios cerrados y tambiٞén por la altamente transmisible variante ómicron.

Menos mal que el actual gobierno no miente y advierte que de no vacunarse el 40 por ciento de la población que se niega hacerlo, la vida jamás volverá a ser como antes. De haber seguido Donald Trump en el poder, insistiría en que se trata de una influenza que desaparecerá de la noche a la mañana “como un milagro”.

Donald Trump

Donald Trump

EFE

Porque ahora se sabe que siendo mandatario mintió sobre la pandemia mucho más y mucho peor de lo que conocíamos. Y no solo eso, ha trascendido que Trump mismo contagió a mucha gente, entre ellos, a su esposa Melania y a sus más cercanos colaboradores y estuvo a punto, sabiéndolo, de infectar a Biden, que a los 77 años cuando eso ocurrió, era y es, considerado de los más vulnerable a Covid.

Un nuevo libro escrito por Mark Meadows, quien fuera no solo su jefe de gabinete, sino su confidente y aliado, cuenta cómo en septiembre de 2020, Trump siguió adelante con un encuentro en persona entre él y Biden, tres días después de resultar positivo al coronavirus y cuando sus médicos le rogaban no asistir. Un segundo poco confiable examen casero, le dió negativo y eso fue más que suficiente para él.

Durante ese debate efectuado en Cleveland, Ohio, Trump pasó casi dos horas en las que millones de televidentes lo vimos sudar copiosamente y hablarle directamente a su opositor. Es claro que nunca se puso a pensar qué hubiera sucedido si el presidente en turno de Estados Unidos muere y su posible sucesor también.

Trump siguió luego con su agenda a pesar de sentirse fatigado y con otros síntomas. No usó tapabocas ni guardó distancia social. Expuso a cerca de 500 personas antes de ser hospitalizado y casi morir de Covid. Se salvó porque fue atendido por los más eminentes médicos del país y se le aplicaron drogas no autorizadas y tratamientos experimentales que ningún otro mortal común podría esperar.

Por eso es inexplicable que después de todo lo que se hizo para salvarle la vida, Trump le mintiera a su nación aún más, asegurándoles al salir del nosocomio, que nadie debería preocuparse por el virus ni por aislarse o usar mascarillas. Como empleado de la Casa Blanca puso a todos sus cotrabajadores en riesgos. Como presidente interfirió como si fuera un experto, en la respuesta del gobierno.

Cuando cayó enfermo, vanidoso, quiso sin éxito ocultar su condición. Enterados de su gravedad millones rezaron por él y un gran equipo humano le salvó la vida. Siempre desagradecido, jamás les pidió a sus conciudadanos que aprendieran de sus errores. Al contrario, los alentó a seguir su mal ejemplo. Ese es Trump. Desde entonces se ha duplicado el número de muertos.