Opinión

Del universo a la comunidad

A los maestros que recibieron una formación racionalista y científica

La SEP se propone implantar una nueva educación que no es moderna, que rechaza al individuo (al alumno) como centro de la educación y pretende colocar en su lugar una entidad colectiva (la comunidad).

No hay que confundirse: no se trata de la educación comunitaria como la que imparten las escuelas de CONAFE, ni se trata de un proyecto que solo va incorporar en la escuela ciertas prácticas en la comunidad, como las que hacen lo jóvenes en el servicio social.

Tampoco se trata de un simple “cambio de método” o una “nueva manera de enseñar. En realidad, la proposición de la SEP está vinculada a una visión del mundo distinta a la que tienen la mayoría de los maestros.

Foto: Especial

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La mayoría de nuestros maestros han recibido en las escuelas normales una formación laica, racional, rigurosa, que aprecia la ciencia, valora el conocimiento científico y rechaza la superstición y los perjuicios.

El proyecto de la SEP, en cambio, se opone a la razón y a la ciencia. Niega incluso el valor perdurable del conocimiento. En un momento dado el documento la SEP dice: “Hay que explicitar el carácter temporal y polémico del conocimiento” y en otra parte dice: “Una idea arraigada en las escuelas es el supuesto carácter universal del conocimiento científico que resulta excluyente de otras formas de pensamiento”.

Esto significa que habrá un cambio en la materia con la cual trabaja el docente. En el futuro próximo el maestro estará obligado a trabajar no sólo con los conocimientos con los que ha trabajado siempre, sino que deberá incorporar, junto a ese conocimiento, las creencias, las ideas religiosas, los mitos, las leyendas, las supersticiones, los símbolos, rituales, etc. que forman parte de la cultura comunitaria.

Habrá también un giro en el trabajo docente que hasta ahora se ha reducido al aula y a la escuela. En la nueva educación que propone la SEP la principal actividad docente deberá trasladarse de la escuela a la comunidad. El profesor debe trabajar ahora, no sólo con sus alumnos sino actuar codo con codo con los miembros de la comunidad con la intención explícita de estudiar sus problemas (de la comunidad) y resolverlos.

Nadie sabe cómo se organizará ese trabajo comunitario, pero es lógico suponer que, previamente, la autoridad educativa negociará un acuerdo, un plan, con las autoridades de la comunidad o del municipio correspondiente.

Las autoridades de la comunidad deberán garantizar, sobre todo, la seguridad de los alumnos y del personal docente. Hay barrios urbanos de la periferia de las grandes urbes donde impera la ley de la selva, el crimen organizado, la cultura lumpen y la violencia, en esos barrios no se puede “salir a la comunidad” sin poner en riesgo la salud o la vida de alumnos y maestros.

Los esencial del proyecto SEP es su rechazo a la cultura universal, Eso significa que la principal agencia educativa de México reniega de la herencia de Homero, Sócrates, Platón, Aristóteles, Cicerón, Séneca, Santo Tomás de Aquino, Dante de Alighieri, Milton, Shakespeare, Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Leonardo, Galileo, Rousseau, Diderot, Voltaire, Spinoza, Kant, Hegel, Marx, Schiller, Goethe, Flaubert, Víctor Hugo, Rimbaud, Mallarmé, Proust, Joyce, Hemingway, Camus, Octavio Paz, Borges y García Márquez, etc.

En sus tumbas, José Vasconcelos y Antonio Caso, den estar revolviéndose. La SEP propone que la educación abandone la cultura universal para adoptar en su lugar la cultura de la comunidad o de las comunidades territoriales reales. Es decir, la cultura de los barrios, de las comunidades rurales (indígenas y no indígenas), culturas que no nos abren la mente hacia las estrellas y el infinito del cosmos, sino que la encierran en los códigos legítimos, pero restringidos, de la cultura popular urbana y rural.