Opinión

Uy, qué miedo…el cambio climático

Es difícil creer que un primer mandatario que participa en un tratado comercial con los Estados Unidos y Canadá no se atenga a las reglas convenidas. ¿Así funcionan los presidentes? Estados Unidos ha iniciado una disputa, a partir del Tratado, por las políticas energéticas de México, que afectan a las empresas estadounidenses en el país, con el objeto de apoyar a Pemex y a la CFE. El Tratado es básico para que México conserve un acceso preferencial al mercado más amplio del mundo y de allí surgirán, entre otros movimientos, la inversión de empresas extranjeras y, por ende, mayor índice de empleo.

La representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, anunció que pedirán oficialmente consultas de resolución de disputas contra México bajo el T-MEC. De acuerdo con ella, los cambios de políticas energéticas “desincentivan la inversión de los proveedores de energía limpia y de las empresas que buscan comprar energía limpia y confiable” (Milenio, nota de Eduardo de la Rosa, 20-07-22).

México impide las inversiones de Estados Unidos y de otros países en la inversión de energías limpias. Lo que México aceptó en el Acuerdo de París no se sigue y en cambio existe una amenaza de expulsar la innovación del mercado energético, comenta Katherine Tai. Apunta también que hay demoras, inacción, denegaciones y revocaciones de México a las capacidades de las empresas privadas que llegaron a operar en suelo mexicano. Dice que Estados Unidos se ha quejado en múltiples ocasiones. Ahora también Canadá participa en el mismo coro. La ministra canadiense de Comercio Internacional, Alice Hansen, anunció que se unía a Estados Unidos “en la toma de medidas mediante el lanzamiento de nuestras propias consultas en el marco T-MEC” (El Universal, 20-07-22). La Secretaría mexicana de Economía ha expresado por escrito su voluntad de arreglar el problema. Sin embargo, AMLO niega que su política energética afecte el T-MEC. Ante la presión de los vecinos del Norte, en su Mañanera de este miércoles, nuestro presidente respondió con una canción de Chico Che, que se titula “Uy, qué miedo”. Como era de esperarse, calificó a los querellantes de “entreguistas” “a los que les lavaron el cerebro en el período neoliberal”.

AMLO en su conferencia matutina

AMLO en su conferencia matutina

Cuartoscuro

Resulta entretenido revisar el discurso del presidente quien, aunque siempre utiliza las mismas fórmulas: neoliberales, entreguistas y todas las demás para negarse a algo o para nombrar un hecho o atacar a un grupo, produzca conjeturas todas alejadas de la realidad. México y su economía continúan siendo neoliberales. ¿Quiénes son los entreguistas? Los que generan energía por medio del aire ¿se aprovechan de Ehécatl, el dios azteca del viento? ¿Entregan lo nuestro a Estados Unidos? ¿Entonces para qué se firmó el T-MEC? ¿El único que sabe cómo está la cosa es Jesús Seade, el economista que representó a México en la negociación del Tratado? Porque según afirma el seguidor de Chico Che, Seade confirma que México no ha violado nada.

En enero de este año, la secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm sostuvo una reunión en México con Rocío Nahle, su contraparte mexicana. Según Nahle relató el encuentro, a la funcionaria estadounidense no le preocuparon ninguna de las medidas energéticas llevadas a cabo en el país de la Cuatroté. ¿En serio?

John Kerry, enviado presidencial de Estados Unidos para el Clima, ha visitado a nuestros funcionarios tres veces en lo que va del año para hablar de la política energética del régimen lopezobradorista. Los compromisos ambientales que se llevaron a cabo no se han cumplido por parte de los mexicanos.

Otros funcionarios del gobierno de Joe Biden han venido a tratar el asunto: la vicepresidenta Kamala Harris y el secretario de Estado Antony Blinken. Qué amables o qué preocupados.

Y mientras Andrés Manuel López Obrador, Rocío Nahle, Octavio Romero de Pemex y Manuel Bartlett de la CFE, viejo lobo de mar de la política en México, se aferran a las energías del pasado, Estados Unidos y Canadá podrían demandar por varios miles de millones de pesos a su socio del T-MEC. Uy, qué miedo.

Entretanto, la ola de calor en España es la más extrema según se tiene registrado. Hay incendios en varios lugares de la península. Se toman medidas para evitar las muertes por calor. Como anuncia el investigador Julio Díaz del Instituto Carlos Tercero “existe el riesgo de que la temperatura suba más de los previsto y no nos podamos adaptar (El País, 20-07-22). Uy, qué miedo. El Reino Unido no sabe cómo enfrentar el calor que los afecta en la isla. El aeropuerto de Heathrow ha superado los 40 grados centígrados. Y, debido al calor, los trenes han cancelado muchos de sus recorridos. Una tercera parte de los Estados Unidos vive un calor excesivo. Es decir, que el cambio climático es una realidad. Durante el pasado mes de mayo, la India, que es casi todo un continente, sumó más de 50 grados centígrados en muchos lugares y lo mismo ocurrió en Pakistán.

Como se sabe, la quema de combustibles fósiles para la generación de electricidad es uno de los principales agentes que fomentan el calentamiento del mundo. Desde luego todos y cada uno de nosotros dejamos una huella de carbono todos los días (OJO). Más que nunca los países deben invertir en la generación de energías limpias, en el transporte eléctrico, en una industria menos contaminante. Los cambios se están dando a una enorme velocidad. Porque eso sí, uy que miedo, en el momento en que aumenten las sequías como sucede ya en el norte mexicano, que suba el nivel del mar debido a que lo glaciares se derriten, que no se produzcan cosechas y que crezcan las inundaciones, ciao ciao bambini (que en realidad era bambina en la otrora famosa canción de Domenico Modugno). Entonces se nos acabará el planeta.

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