Opinión

La vergüenza de las recompensas

No le caerá nada mal al gobierno de México la recompensa que ofrece el Departamento de Estado de EU por datos que lleven a la captura de cuatro de los hijos de Chapo Guzmán. Son 5 millones de dólares por cada uno, de modo que el gobierno puede ir pensando en qué se los gastará. Con esos recursos podría hacer holgadamente la consulta de revocación de mandato que tanto le interesa a la 4T para promoverse, o fondear todas las pachangas que el presidente quiera organizar en el Zócalo durante el 2022.

Corresponsales.mx

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Para el gobierno no encierra mayor dificultad dar con ellos por la sencilla razón de que no hacen casi nada ocultarse. De hecho, de vez en vez organizan bacanales a las que invitan a las bandas gruperas más célebres del norte del país y supongo que también asisten, porque se llevan bien, los jefes policiacos de la región.

Las fuerzas armadas mexicanas ya tuvieron detenido a uno de ellos, Ovidio. Todo mundo recuerda que lo dejaron ir, pero quiero pensar que le siguieron la pista. Ni modo que se voltearan para otro lado, como si nada. No es posible que hayan olvidado que otro de los chapitos, Iván Archivaldo, amenazó con matar a familiares de los soldados. Nadie en el Ejército lo olvida.

El gobierno de EU ofrece la recompensa sabiendo que es una forma de avergonzar al gobierno mexicano, en particular a las fuerzas armadas. Suena fuerte, y lo es, pero se ajusta a la verdad. Podría apostar que las agencias gringas tienen una idea muy clara de dónde están los hijos del Chapo, y la recompensa es una forma de “calar” a las autoridades mexicanas porque ellos, los americanos, están hartos de la estrategia de abrazos y no balazos que supone dejar que las bandas del crimen organizado hagan lo que se les antoje.

Claro que las recompensas son un gesto hostil, pero no queda más remedio que aceptar que nos lo ganamos. Lo hijos del Chapo, como en un periodo su padre, exhiben su impunidad, se regodean, porque están seguros de que pueden doblar al Estado mexicano mostrando los colmillos. Los arrestos tienen que darse tan pronto como sea posible. Hay que tener operativos bien diseñados en todas sus etapas, para que no se repita el papelón de Ovidio. Hay soldados y marinos de élite que pueden hacer el trabajo casi sin despeinarse, pero lo que se necesita no son soldados competentes, que los hay de sobra, sino voluntad política para afrontar las consecuencias y ese el verdadero problema.

Si Estados Unidos tiene la ubicación de los hermanos Guzmán se la va a guardar o implantará uno de los operativos para liquidarlos a distancia. Si el gobierno de López Obrador no quiere más intervención extranjera no puede seguir buscando a quien darle un abrazo. El presidente afirmó que la captura de los Chapitos es prioridad de su gobierno. No se ha notado.

Si el Estado mexicano no aprieta cada día le será más difícil someter a las bandas del crimen organizado que aprovecharon la inmovilidad del gobierno para hacerse más fuertes. Ahora tienen más y mejores armas que al inicio de sexenio, como drones, por ejemplo. Han reclutado, por las buenas o por las malas, a más gente. Tienen comprados a más jefes policiacos. Tienen mejores conductos para lavar dinero a través de empresarios. No son invencibles, pero pueden llegar a serlo.