
Si crees que en materia de lucha contra la obesidad no hay nada por descubrir, prepárate para sorprenderte. Un laboratorio acaba de patentar el último artilugio para perder kilos: un spray que suprime el olfato y que, se supone, quita las ganas de comer. Lo probaron en animales que quedaron delgaditos y en enero de 2007 lo empiezan a usar en humanos.
La lógica de este nuevo aparato contra los kilos demás es que, quien no huele, no tiene ganas de comer demasiado. Al menos así lo afirma Chris Adams, un ex investigador del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) que hace tres años decidió fundar su propio laboratorio farmacéutico.
La idea de Adams era lanzar un remedio que ayudara a los que tienen el olfato y el gusto atrofiados. Tanto investigó que se dio cuenta de una cosa: los que no pueden oler bien rara vez son gordos, porque la nariz no los tienta a probar cualquier cosa rica que se les cruce.
Entonces decidió lanzar este spray, patentado a principios de diciembre como “Inhibition of olfactory neurosensory function to treat obesity and related disorder” (Inhibidor de funciones neurosensoriales olfativas para tratar la obesidad y desórdenes relacionados).
El año pasado, el laboratorio de Adams, Compellis Pharmaceuticals, probó el spray con animales. Y fue todo un éxito, porque los bichitos no querían comer cuando no podían oler lo que se les daba.
Los resultados de este hallazgo, que puede ser la nueva esperanza contra la gordura, se publicaron en la revista especializada Pharmacology, Biochemistry and Behavior (Farmacia, bioquímica y comportamiento).
“Patentar este nuevo tratamiento es un hito y marca el comienzo de la primera plataforma terapéutica para tratar el problema de la obesidad”, aseguró Adams. “Antes de patentar, hicimos pruebas clínicas rigurosas con el producto”.
Lo cierto es que este año que comienza se verá si el spray realmente logra frenar a los que no pueden con sus ganas de comer. Adams está seguro de que funcionará de maravillas.
“Estamos muy contentos con los resultados. Este medicamento ha demostrado que es capaz de hacer bajar de peso de forma efectiva”, dice el investigador y dueño del laboratorio.
El CP404 es un bloqueador olfativo que, según explican en Compellis, posee componentes que no producen efectos secundarios nocivos para humanos. “Es una pequeña molécula muy bien tolerada por humanos, ya que ha sido usada para tratar otros desórdenes”.
Como descartan los efectos secundarios, los investigadores creen que el producto saldrá al mercado rápidamente. Y se prevén que será un éxito, ya que clientes potenciales no le faltarán: en la actualidad hay más de 100 millones de estadunidenses que tienen libras demás y que desearían quitarlas de su cuerpo.
De hecho, la obesidad es una pandemia en Estados Unidos y nadie puede con ella. A pesar de los consejos médicos, de las medidas que se toman en las escuelas y de las campañas educativas, la gente sigue engordando.
De los cien millones de gorditos, 60 millones son directamente obesos, lo que implica un enorme gasto sanitario. Es que la gordura, lejos de ser simpática como antes, es la causa principal de problemas cardiovasculares y de diabetes.
Así que habrá que prepararse para inhalar y quedarse sin oler las comidas, los perfumes, las flores... todo sea por perder esas libras que tanto molestan y que ponen en riesgo la salud.
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