Sucesos

Repartidores de aplicaciones móviles avanzan en negociaciones sobre reforma laboral

La propuesta, a la vez, permitiría a quienes trabajan el equivalente a una jornada completa tener acceso a la seguridad social si así lo desean

Especial

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El pasado jueves, los colectivos de repartidores por aplicaciones Ni Un Repartidor Menos y Ni Una Repartidora Menos, presentaron a la Secretaria de Trabajo, Luisa María Alcalde, una propuesta de reforma al trabajo en plataformas.

La propuesta de estos grupos, encabezados por Saúl Gómez y Paola Ángel, busca mejorar las condiciones de los llamados “repas” y los conductores en la Ley Federal del Trabajo y, a la vez, preservar las características propias del modelo en aplicaciones.

Así, la propuesta incorpora una declaración de derechos de las personas trabajadoras en plataformas digitales. Garantizaría que los repartidores mantengan la flexibilidad de la que hoy gozan, pudiéndose conectar las horas y los días que quieran, e incluso poder hacerlo en varias plataformas a la vez, así como poder conservar otros empleos que pudieran tener.

La propuesta, a la vez, permitiría a quienes trabajan el equivalente a una jornada completa tener acceso a la seguridad social si así lo desean. Por otra parte, la iniciativa busca incorporar protecciones adicionales para los repartidores en materia de accidentes, seguros a repartidores, seguridad vial, acoso y discriminación.

También contemplaron incluir peticiones de carácter “humano” al solicitar acceso a baños en restaurantes y centros comerciales, así como el pronto pago por los servicios que prestan, donde se propone que sea en un máximo de siete días.

Esta propuesta viene después de que grupos sindicales, la UNTA y SICONVENSE, presentaran un manifiesto a la Secretaría de Trabajo con un enfoque opuesto. Estos grupos proponen, entre otros, considerar a conductores y repartidores como empleados subordinados a las empresas y sometidos a sindicatos.

La propuesta de los sindicatos eliminaría la flexibilidad del modelo, impidiendo que las personas puedan registrarse y tomar pedidos de manera inmediata y sometería a los conductores y repartidores a un proceso de contratación y reclutamiento propios de un empleo tradicional subordinado. También llevaría a las empresas a fijar jornadas laborales y sometería a los trabajadores por aplicaciones a las decisiones que esos mismos grupos sindicales (UNTA y SICONVENSE) quieran imponerles.

Por otra parte, obligaría a las empresas a financiar las herramientas de trabajo de los repartidores. Esto puede sonar bien, pero cuando se han implementado este tipo de propuestas, muchas empresas han optado por abandonar el mercado o reducir presencia. En España se perdieron más de un 30 por ciento de oportunidades que ya no han vuelto.

Diversos estudios elaborados por instituciones como el CIDE, Quadrant Strategies o la UNAM señalan que más del 80% de los repartidores y conductores trabajan en las plataformas por la flexibilidad que les ofrecen y que incluso abandonarían este modelo si la pierden.