
La empresa Google LLC enfrenta una demanda por el uso de su inteligencia artificial llamada Gemini, la cual, según la acusación, habría rastreado comunicaciones privadas de usuarios sin su consentimiento.
El caso fue presentado ante un tribunal federal en San José, California, bajo el nombre de “Thele v. Google LLC, 25-cv-09704”. Según la demanda colectiva propuesta, Google habría activado “secretamente” Gemini en diversas aplicaciones de su ecosistema como el correo electrónico Gmail, el chat Google Chat y la videoconferencia Google Meet, lo que permitió acceder a datos privados sin que los usuarios lo supieran.
La acusación señala que, aunque los usuarios tienen la opción de desactivar Gemini, la herramienta venía activa por defecto y solo podía ser deshabilitada entrando a la configuración de privacidad de Google. Si no se hacía, la IA habría accedido a “todo el historial de comunicaciones privadas de sus usuarios, incluyendo literalmente todos los correos electrónicos y archivos adjuntos enviados y recibidos en sus cuentas de Gmail”.
La demanda fundamenta su acusación en la California Invasion of Privacy Act, una ley estatal de 1967 que prohíbe la grabación clandestina de comunicaciones confidenciales sin el consentimiento de todas las partes involucradas. Los demandantes afirman que Google violó esa ley al utilizar Gemini para rastrear comunicaciones privadas sin informar o pedir permiso a los usuarios.
Por ahora, Google no ha respondido públicamente a la solicitud de comentarios fuera del horario laboral habitual. El funcionamiento de Gemini y su integración automática genera preocupaciones importantes sobre privacidad, consentimiento y transparencia en el uso de la inteligencia artificial.
Este caso puede marcar un precedente importante en cómo las grandes empresas tecnológicas manejan los datos privados de los usuarios y muestran las implicaciones que tienen las herramientas de IA en la vida diaria. Si bien la IA promete avances, también presenta riesgos, uno de ellos es que se utilice para monitorear sin autorización lo que los usuarios realizan o envían.
Google está siendo demandada por supuestamente usar Gemini para rastrear comunicaciones privadas sin permiso, lo que abre un debate sobre el control que tienen los usuarios sobre sus datos y la responsabilidad que adquieren las empresas tecnológicas al desplegar inteligencia artificial. La resolución del caso podría influir en regulaciones futuras y en la forma en que se asumen los derechos de privacidad digital.