En el corazón de la Universidad Iberoamericana, un aire de celebración y reflexión inunda los pasillos. No es para menos: el Departamento de Diseño cumple 70 años. Siete décadas de formar generaciones de diseñadores, de sembrar ideas, de experimentar con formas, tecnologías y sentidos. En medio de esta efervescencia conmemorativa, el maestro Roberto Olguín, actual director del departamento, toma un respiro para compartir lo que este aniversario representa. No lo hace desde el discurso institucional, sino desde la memoria y la emoción.
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“Esto que están aprendiendo no existe en un vacío”, afirma Olguín. Para él, los 70 años representan mucho más que una cifra: son la consolidación de una historia que comenzó con la Ibero como pionera en la enseñanza del diseño en Latinoamérica. “No es casualidad que estemos aquí. Son 70 años de estar definiendo qué es el diseño”, subrayó.
Más que una disciplina, un agente cultural
Al hablar sobre la aportación de la Ibero al desarrollo del diseño en México, Olguín evita caer en ejemplos específicos y se enfoca en una visión más amplia: “El diseño ha formado parte de la cultura de México. Está en la comunicación, en las sillas, en los logotipos, en los libros, las aplicaciones. Todo eso es diseño”, señaló. Ejemplos como la interfaz de BBVA, desarrollada en México, ilustran el impacto tangible del diseño en la vida cotidiana.
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Adaptarse sin perder la esencia
A lo largo de siete décadas, la enseñanza del diseño ha evolucionado. La tecnología ha transformado el aula, con herramientas como inteligencia artificial, impresión 3D y control numérico. No obstante, la esencia —equivocarse, reflexionar, aprender y compartir en diálogo con el profesor— permanece.
“Ahora tratamos de ser más críticos. Como la tecnología es más accesible, debemos ir más allá y preguntarnos los porqués”, afirmó Olguín.
Un legado que se reinventa
Olguín también compartió su experiencia fundando Incitum, una de las firmas más importantes de diseño estratégico en América Latina, como muestra del impacto que los egresados de la Ibero pueden tener.
Respecto al papel actual de la universidad en un ecosistema cada vez más competido, destaca el enfoque humanista del diseño como una actitud de servicio. “La diferencia está en los valores. Servir no es obedecer; es resolver problemas para otros. Eso define al diseñador”, explicó.
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Nuevos retos: IA, sustentabilidad y globalización
Frente a desafíos contemporáneos como la inteligencia artificial, la globalización y la sostenibilidad, la Ibero no se queda al margen. Desde la integración de estas tecnologías al aula hasta la creación de laboratorios propios de IA, la universidad se prepara para liderar.
También impulsa un modelo de internacionalización más accesible, mediante proyectos y residencias virtuales que conectan a profesores y estudiantes con contextos globales.
Mirar hacia el futuro
Pensando en los próximos cinco o diez años, Olguín visualiza una Ibero con nuevos programas académicos que respondan a las transformaciones del diseño y sigan apostando por cambiar el mundo. “Quiero más ejemplos de cómo el diseño puede cambiar el mundo. Y creo que por ahí vamos”.
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Al cierre, el director reconoció sentirse orgulloso pero también humilde ante el reto de continuar esta historia. “Quiero aprender de mis alumnos, de la universidad, de los proyectos. El diseño es un trabajo en equipo”, concluyó.
Además, este evento reunió otras voces creativas en una serie de ponencias, en la que resaltaron nombres como Adriana Soto, José María Balmaceda, Erich Martino, Maribel Martínez y Alejandra Cordero. Asimismo, el evento incluyó la presentación de una mascada conmemorativa, desarrollada en colaboración con la marca mexicana Pineda Covalín.
Por si fuera poco, también se proyectó el video “Diseño sin filtro: construyendo juntxs Ibero Diseño”, Este evento, sin duda, reafirmó el compromiso y la pasión que tiene la institución en la formación de profesionales del diseño de alto perfil al servicio de México.
