
Depresión de verano: cuando el calor te baja el ánimo
En pleno México caluroso, muchas personas creen que tristeza y verano no van juntos… ¡pero sí los deprime! La depresión de verano, también llamada trastorno afectivo estacional (TAE) en su versión estival, es real y está provocada por factores como el exceso de luz, el calor extremo, cambios en la rutina y expectativas frustradas. Aunque menos frecuente que la forma invernal, puede ser muy intensa para quienes la padecen.
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¿Qué provoca la depresión estival y quiénes están en riesgo?
- Exposición excesiva a la luz solar altera el ritmo circadiano y reduce la melatonina y serotonina, vitales para el sueño y el ánimo.
- Calor y humedad intensa generan irritabilidad, cansancio, ansiedad e insomnio.
- Pérdida de rutina social: menos contacto con amigos y, para muchos, vacaciones que generan soledad o aburrimiento.
- Expectativas no cumplidas del verano, comparaciones sociales y presión por disfrutar pueden disparar la melancolía.
Factores como ser joven, mujer, tener antecedentes de depresión o trastorno bipolar, aumentan el riesgo.

Signos de alerta: ¿cómo saber si tienes depresión de verano?
Síntomas principales:
- Insomnio o sueño fragmentado, a pesar de sentirte agotado.
- Pérdida de apetito y de peso sin querer adelgazar.
- Inquietud, irritabilidad y ansiedad, incluso sin razón aparente.
- Falta de motivación y concentración, sensación de mente nublada o “apagada”.
- Aislamiento emocional, evitas reuniones y actividades que antes disfrutabas.
Si estos síntomas se repiten en verano por lo menos dos años seguidos, podrían cumplir criterios diagnósticos de TAE estival.
¿Qué puedes hacer para mejorar? Tips alegres y prácticos
Crea tu mini oasis interior
- Busca lugares frescos con sombra: cine, centro comercial, cuartos con cortinas. Esto ayuda a regular la luz y el descanso.
- Mantén una rutina de sueño: apaga pantallas, usa antifaz, y mantén horarios regulares.
Alimentación y movimiento que levanten el ánimo
- Come ligero si no tienes hambre, pero prioriza frutas, agua, verduras frescas. El calor puede bajarte el apetito.
- Actividad suave: caminatas al amanecer o yoga en casa pueden ayudar.
Conecta con tu gente y con tus expectativas
- Planea actividades sociales relajadas: charla por videollamada, pic nic temprano o una tarde de juegos (sin presión).
- Fija objetivos significativos para después del verano: proyectos creativos, cursos, retos personales. Tener un plan puede reactivar la ilusión.

Considera pedir ayuda profesional
Si notas que “la tristeza veraniega” no mejora con ajustes de rutina, busca ayuda: terapia psicológica, evaluación médica o terapia lumínica (fototerapia) en casos más intensos.
La depresión de verano no es una contradicción: es un fenómeno real, menos común pero igual de válido que el TAE invernal. Si este verano te sientes sin ganas, ansioso o desconectado, no es culpa de nadie: puede ser tu cuerpo y cerebro pidiendo ayuda. La buena noticia: con luz adecuada, descanso, rutina, compañía y apoyo, puedes recuperar tu energía y descansar de verdad… incluso en pleno calor.
