Cultura

Rescatan y visibilizan obra de Gabriela Rábago Palafox

Después de su muerte hay una especie de desaparición de sus obras, señala la escritora Lola Ancira · La UNAM reedita “Todo ángel es terrible”

entrevista

Colección Vindictas de la UNAM.

Colección Vindictas de la UNAM.

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Hace 50 años hablar del aborto o explicar a los niños qué es la fecundación y cómo a partir de ahí nacen los bebes, eran temas tabúes, sin embargo, la escritora Gabriela Rábago Palafox (Ciudad de México, 1950-1995) se atrevió a hablar de ellos en la novela “Todo ángel es terrible”, escrita en 1981 y que hoy recupera la Colección Vindictas de la UNAM.

“Gabriela estudió en la Escuela Normal y aunque no ejerció como normalista fue dramaturga y escribió literatura infantil; fue periodista, colaboró en suplementos culturales, fue muy prolífica, fue leída y reconocida en su época, pero después de su muerte hay una especie de desaparición de sus obras”, expresa Lola Ancira, escritora y prologuista de la novela.

Ancira narra que la familia de Gabriela se quedó con los derechos de las obras y por razones que sólo ellos conocen no quisieron darlos a nadie más para que se reeditaran.

Gabriela Rábago Palafox (1950-1995).

Gabriela Rábago Palafox (1950-1995).

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“Es difícil conseguir sus obras porque solamente tienen una edición y algunas son obras que ganaron un premio, por lo tanto son ediciones hechas por el gobierno y son difíciles de conseguir”, indica.

“Todo ángel es terrible” se publicó en 1981 y Gabriela trabajó en su escritura con la beca del Centro Mexicano de Escritores en 1979 y 1980. Es una obra novela que tiene 13 capítulos, es breve y tiene rasgos de literatura fantástica.

La obra narra la vida de Octavio, quien de niño sufrió distintos tipos de marginación, tanto en el ámbito escolar, como en su propia familia: la estricta educación religiosa en el colegio censura su expresión artística, sus padres lo ignoran y Andrés, su hermano, tras ser su único guía en la vida, lo excluye al entrar a la pubertad. Estos desafíos emocionales lo llevan a ejercer violencia contra distintos animales.

“Octavio es un niño que crece con muchas carencias porque la figura del padre está ausente y porque lo están limitando en todos los aspectos, además su hermano cuando pasa a la pubertad lo abandona y su abuelo también le da la espalda cuando lo descubren besando a otra mujer, es una historia de crecimiento, pero también de dolores y golpes de la vida”, señala.

En palabras de Ancira, es una novela con escenas crudas de violencia hacia a los animales. “Octavio le hace daño a otro ser vivo, pero aun así no puede detenerse porque dice que es una emoción positiva y negativa, que lo disfruta y lo atormenta, es algo que no puede contener y llega al clímax cuando ataca a su hermano”.

–¿A Gabriela le interesó mostrar la doble moral de la sociedad?

–Sí, tiene mucha crítica social. La mamá de Octavio vive embarazos continuos y se pone mal, tiene varios abortos, entonces toca el tema del aborto natural que era tabú.

“Eso también tiene que ver con que la familia no reeditara su obra, siento que su literatura es muy autobiográfica porque habla de los secretos, de la doble moral, de las apariencias, del qué dirán y de la homosexualidad.

Es editado por la UNAM.

Es editado por la UNAM.

“En la novela, la familia cuestiona a la madre diciéndole que si sabe que los embarazos ponen en riesgo su vida, porqué sigue embarazándose, a lo que ella responde: porque el único método que permite la Iglesia es el del ritmo y tengo dos hijos del ritmo. Es una clara crítica de cómo, por religión, se prefiere peligrar a romper alguna regla basada en creencias.

Sin que Gabriela Rábago dé fechas, la novela se sitúa en una Ciudad de México entre los 50 y 60 del siglo pasado.

“Solamente nos da el contexto a través del espacio y aunque generalmente se desarrolla en lugares cerrados como la azotea y el sótano de la casa, hay vínculos que hablan del tiempo de esa ciudad, menciona al Papa Pío XII, a la bailarina Imperio Argentina, a Frida Kahlo y al azucarerillo, un hombre que vendía dulces y que contaba historias, pero que hoy es un oficio extinto”, detalla.

¿Qué obras escribió?

Obtuvo el Premio Nacional de Cuento para Niños Juan de la Cabada con el libro “Relatos de la ciudad sin dueño” (1980). Escribió “Todo ángel es terrible” (1980) siendo becaria del Centro Mexicano de Escritores. Coordinó la antología “Estancias nocturnas”, en 1987, y publicó el libro de cuentos “La voz de la sangre” (1990) y la novela “La muerte alquila un cuarto” (1991). Sus cuentos “Pandemia”, “Los cazadores” y “Godofrina” obtuvieron reconocimientos nacionales.

Más información de la escritora.

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