Opinión

2 de octubre: La otra gráfica

2 de octubre: La otra gráfica

2 de octubre: La otra gráfica

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Este texto es el resultado de una revisión personal a propósito de un número emblemático realizado por la UAM, que tuve la fortuna de editar, a propósito de la gráfica política del 68 en la revista ranAzul. Número impreso que no sé cómo ni por qué, tuvo un rescate visual por los colegas del Núcleo de Investigación en cultura visual alojado en WordPress, hecho que desde luego celebro porque el conocimiento no es mercancía y menos el que abreva en el rescate de las luchas populares. La reflexión también es producto de la visión de la gráfica revolucionaria de Rafael Morante que comenté en su momento en el programa Interlínea. Asimismo quiero agradecerle a Mario Orocio, autor de la gráfica que acompaña este texto y aparecida hace tres años en la segunda de forros de la revista con la que conmemoramos los cincuenta años del movimiento, el permiso para reproducir su excelente trabajo.

La gráfica anti-oficialista del 68

El movimiento estudiantil reprimido brutalmente por Díaz Ordaz se ha tratado desde diversos ángulos que involucran varios géneros literarios y periodísticos, pero lo visual se constriñe por lo regular a la fotografía que reivindica la labor de grandes maestros del fotoperiodismo que congelaron momentos que hoy forman parte de la historia.

El cometido de la gráfica era otro: sintetizar de manera rápida las demandas del movimiento, informar sobre la represión de la que eran objeto los estudiantes y simpatizantes de éste y enfrentar con medios alternativos la embestida mediática desplegada en prensa, radio y televisión a propósito de las “amenazas del comunismo” en nuestro país. ¿Les suena conocido? Muchos de los actores estudiantiles de antes, forman parte de la nueva derecha. Más ridícula, eso sí.

Gráfica emergente; gráfica que permanece y dura

La gráfica de la revolución cubana, si me baso en las observaciones de Rafael Morante, tiene parentescos con la gráfica política del 68, de hecho la antecede. Se trata de un diseño que parte más bien de la carencia, pero entendamos ésta como el medio que obliga a diseñar la mejor propuesta posible, con los menores recursos posibles, muchos de ellos tecnológicos, y a veces en el menor tiempo posible. En esa fugacidad, que consignó hace más de cuatrocientos años Quevedo en su poema a Roma, analizado por Augusto Monterroso en 1980 en El País, gran parte de estos trabajos visuales consolidaron su permanencia y su duración sin proponérselo; trascendieron desde la clandestinidad, desde la autoría grupal y desde la lucha colectiva.

Morante recuerda que un par de días antes de la invasión estadunidense a Playa Girón se asomó por su ventana y observó el cartelito de un miliciano alzando una metralla en el que se leía “A las armas”. Ese volantillo que vio pegado en un camión, en dos días cubrió los muros de toda La Habana. La defensa de la patria condensada en esas líneas y plastas fugaces se reprodujo con una técnica muy simple pero efectivísima: el trazo del miliciano en negro se completaba con una pantalla naranja en la que aparecía la frase recordada por el maestro gráfico calada en blanco con un tipo de letra helvética, o similar. Aquellos mecanismos de propaganda vertiginosa fueron utilizados por muchos de los estudiantes del México preolímpico. De hecho buena parte de la gráfica oficialista de la XIX Olimpiada celebrada en México, también generadora de una estética que ha sido objeto de estudio y de polémica, fue ridiculizada, retomada, reinventada o como dicen muchos ahora con pluma de ganso en mano, “resignificada” por los estudiantes mexicanos.

Rescate e influencia de la gráfica del 68

Con el paso de los años esta plástica, al igual que muchos documentos e incluso algunos filmes, se han ido rescatando pues el ejército, gobernación y la CIA, como ahora sabemos, hicieron todo lo posible por desaparecerla. Sin embargo, por lo que respecta a la gráfica, algunos de sus creadores como Arnulfo Aquino, se dieron a la tarea de rescatarla, clasificarla, archivarla y documentarla tanto en libros como exposiciones. Uno de los comentarios del maestro Aquino en el número conmemorativo de ranAzul que me parece oportuno rescatar, fue el siguiente:

“La rebelión utiliza las armas gráficas a su disposición para difundir sus demandas y denunciar las arbitrariedades del poder, y tanto la gráfica, como el grafiti o la intervención en los muros, empoderan a los jóvenes. Por ejemplo, en los años setenta se desarrolló un cartel político social que no existía antes del 68 en México. Su presencia principalmente se dio en las universidades en lucha por una autonomía real y educación científica, democrática y popular; tal fue el caso concreto del Taller de Cartel en la Escuela Popular de Arte en la Universidad Autónoma de Puebla. Haciendo un recuento, yo mencionaría los carteles de los partidos de oposición que surgieron a consecuencia de la Reforma Política de 1988 y los de solidaridad con los pueblos en lucha por su autonomía, específicamente Nicaragua, Vietnam, El Salvador, Cuba, y aquí cabe reconocer la influencia cubana en el desarrollo del cartel mexicano de los años setenta.

“Pero los ochenta son otra cosa: con los sismos del 85 y la participación de la sociedad civil, en este caso, los damnificados, se contó con el apoyo de las uniones de vecinos y los artistas gráficos; principalmente de los caricaturistas, que son la otra expresión vital para la gráfica política.

“El zapatismo en los noventa cuenta con la fotografía y el video, además de los apoyos con diversas expresiones gráficas: pegatinas, carteles, calendarios, revistas, entre otros; Atenco en el 2006, contó con el recurso del video para denunciar las confrontaciones entre población y policía; Oaxaca mostró una creatividad impresionante en las marchas, muros y en la gráfica que paralelamente se subía a la red y se difundía por el planeta, y el movimiento Yo soy 132, que utilizó una expresión visual diversa que se viralizó instantáneamente en la red (y aquí estamos hablando de otra situación), consiguió algo distinto. Todo se integra y viaja por el planeta y provoca múltiples respuestas e interpretaciones.

“Desde tiempo atrás no sólo está presente la gráfica; ahora somos testigos de la multiplicación de todos los medios en la red, incluyendo los memes. Otras expresiones gráficas se ven en las manifestaciones y marchas. Ahí es donde está el concepto de gráfica política actual.”

* * *Letras al pie

La imagen que ilustra este trabajo se titula: “¡Bang, Bang! Paz, Paz...” su autor es, como ya lo mencioné, Mario Alberto Orocio Leo?n y se trata de una ilustracio?n digital fechada en 2018. Intercambie la cara de Díaz Ordaz, por la de Felipe Calderón y será suficiente para entender la contundencia de la gráfica política del 68.