Opinión

Crecimiento interior

Crecimiento interior

Crecimiento interior

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El desarrollo personal de las personas implica un proceso diferente, para cada quien, dependiendo de su educación, su nivel emocional, sus creencias, sus conceptos de la verdad, de la libertad y de la responsabilidad. No existen patrones generales a este respecto, y todo debe ser respetado.

Cada quien va haciendo su propio camino y esta vida es una ruta de desarrollo y aprendizaje inacabable. La finalidad del recorrido es el de auto-realizarnos como personas para lograr todo lo que podemos y debemos ser.

La solución de nuestros problemas la vamos dilucidando más claramente con base a nuestra experiencia, según vamos creciendo interiormente. Es como cuando iniciamos un grado escolar. Al principio los problemas nos parecen muy difíciles, pero cuando hemos avanzado vemos cuán fáciles son de comprenderse y resolverse.

Considero importante expresar nuestros momentos de depresión o tristeza, así como los momentos de alegría y júbilo de forma natural y espontánea. Esto simplemente es reconocer nuestra humanidad en todas sus facetas. Mostrar nuestros enojos y nuestras frustraciones en el momento que los experimentamos, evitará que con el tiempo nos convirtamos en históricos e histéricos, repitiendo siempre lo que falló en nuestras vidas, o echando afuera las culpas que generalmente nos negamos a reconocer.

También nos ayuda a crecer interiormente el lograr extraer de cada evento las lecciones que debemos aprender para nuestra evolución.

Si nos juzgamos más seguido a nosotros mismos en lugar de juzgar tanto a los demás, avanzaremos hacia nuestra superación, lo cual es nuestra única y real responsabilidad.

Es sano evitar la vanidad de estar buscando sólo alabanzas a nuestra persona, y mejor dedicarnos a escuchar, a oír realmente a nuestro yo interior, para darnos cuenta de cuantos asuntos importantes tenemos nosotros mismos por resolver y del camino interior que tenemos por recorrer para ser cada día mejores.

Buscamos innumerables satisfactores para llenar nuestra vida, sin saber lo que realmente buscamos. Exigimos demasiadas cosas materiales para vivir olvidándonos de nuestro espíritu que es el que debería merecer toda nuestra atención, ya que es quien anima nuestra vida y quien al final será el único que trascienda la muerte.

El materialismo es una forma de evasión. La persona suple con ello el miedo al vacío, a lo desconocido. Sólo si el materialista encuentra un camino interior hará que lo material pase a segundo término, y entonces podrá encauzarse hacia una vivencia más plena, que le dará el verdadero sentido de su existencia.

Ponerle atención a nuestro espíritu significa educarlo, refrenarlo, encauzarlo hacia el bien, estar atentos a sus llamadas de atención y dirigir nuestra vida hacia donde él nos vaya indicando, a través de nuestra intuición, corazonadas, introspección, meditación, reflexión. Quien así lo hace nunca se arrepiente.

Si miráramos la vida con el corazón, los ojos sólo serían un espejo del mismo. La paz y la felicidad están dentro de nosotros mismos. La puerta del conocimiento más importante que pueda imaginarse no se abre hacia afuera, sino hacia adentro.

corzoalma17@yahoo.com