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El Tren Maya, una veta para el crimen organizado; daño ecológico y despojos

Las afectaciones a zonas arqueológicas pueden ser de magnitudes incuantificables, advierte un estudio del Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados.

Las afectaciones a zonas arqueológicas pueden ser de magnitudes incuantificables, advierte un estudio del Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados.

El Tren Maya, una veta para el crimen organizado; daño ecológico y despojos

El Tren Maya, una veta para el crimen organizado; daño ecológico y despojos

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El daño a zonas arqueológicas puede ser de magnitudes incuantificables a la historia de un país donde existen alrededor de siete mil zonas arqueológicas, sin contar que 34 de ellas están incluidas en la Lista del Patrimonio Mundial, pero seis de las cuales se encuentran justo en la ruta del Tren Maya:

Sitio Arqueológico y Parque Nacional de Palenque, Chiapas; Reserva de la Biosfera de Sian Kaán, Quintana Roo, Ciudad Prehispánica de Chichen-Itzá, Yucatán, Ciudad Prehispánica de Uxmal, Yucatán, Antigua Ciudad Fortificada, Campeche y la Antigua Ciudad Maya y Reserva de la Biosfera de Calakmul, Campeche. (Único lugar en México considerado Patrimonio Mixto de la Humanidad.)

“Por ello, una vía de comunicación de tal envergadura es muy difícil que no se tropiece con alguna, poniendo en riesgo la conservación de los monumentos si no se toman las precauciones para evitar su destrucción o alteración”, advierte un estudio del Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados.

El estudio “Tren maya ¿Un proyecto culturalmente responsable? “, considera que esta obra, considerada uno de los “proyectos estrella” del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se inclina más por los beneficios monetarios y tiende a minimizar la falta de planeación, los costos ambientales, las secuelas culturales y los daños en el patrimonio arqueológico.

El análisis del CESOP advierte que aunque el Tren Maya aparentemente, arrojará beneficios específicos para las economías estatales vía el turismo, a mediano y largo plazo, pero su costo ecológico y las transformaciones que puede provocar son equiparables a las modificaciones paisajísticas y geomorfológicas que dejan a su paso los grandes emprendimientos extractivos. Es decir, equiparable a cuando llegan las empresas mineras a una comunidad y con ello provocan polarización entre poblaciones pues entregan recursos o beneficios a unas para contrarrestar a las que están en contra de esos proyectos y derivan en enfrentamientos.

“Así como el daño de las empresas mineras llega a ser irreversible por el envenenamiento de la tierra o el desgajamiento de cerros, la introducción de infraestructura en los ecosistemas o la llegada permanente de turistas ocasiona deforestación, asentamientos irregulares, migración de fauna y el desgaste de bienes que cuentan con la declaratoria patrimonial”, alerta

Detalla que la pugna entre las empresas beneficiarias del Tren Maya y las comunidades afectadas podría adquirir diversas modalidades: desde fricciones sociales y pleitos entre comunidades que están a favor y en contra – como ocurre cuando las empresas extractivas dividen estratégicamente a los pobladores de una zona, ya sea con dádivas u obras públicas que no equivalen a toda la riqueza que se llevan, pero que sí satisfacen necesidades inmediatas de la población– hasta litigios judiciales que paralizan los emprendimientos extractivos.

En situaciones más extremas—agrega--, dichas tensiones derivan en despojos, paramilitarismo y excesos en el uso de la fuerza pública.

Pero el estudio también advierte que la aparición de un mercado de rentas ilícitas modificará la convivencia social de las comunidades, gracias al aumento del turismo y la oferta de actividades económicas que sin lugar a dudas impulsará la construcción de dicha ruta ferroviaria.

En otras palabras, como si fuera una secuela no deseada, el crecimiento de las economías locales por efecto del Tren Maya representará una veta de oportunidades para el crimen organizado, con las consabidas repercusiones que éste tiene sobre el tejido social, explica

EN RIESGO, VESTIGIOS ARQUEOLOGICOS. De acuerdo al análisis, tanto los caminos ferroviarios como el arribo masificado de turistas que traerán consigo el Tren Maya, afectan los vestigios arqueológicos y los sitios de interés de la Península.

Cabe recordar que México ocupa el séptimo lugar en la lista de países con mayor número de lugares considerados como Patrimonio Mundial y cuenta con unos 7 mil zonas arqueológicas en total.

Tan sólo en Tabasco, Antropología e Historia tiene un registro de 1,730 sitios arqueológicos; en tanto que en Chiapas el padrón alcanza 2,565; Campeche, por su parte, cuenta con 891 lugares registrados; por último, Quintana Roo y Yucatán poseen, entre los dos, más de un millar, lo que da alrededor de 7,000 zonas arqueológicas en total.

Calakmul, catalogada como bien mixto de la humanidad por sus características culturales y naturales recibe alrededor de 40 mil turistas por año. Pero pensando en un futuro, con la llegada del Tren Maya e estima que de los 17 millones de turistas que visitan Cancún, por lo menos tres se desvíen al referido parque nacional. Un afluente de visitantes de tal magnitud equivale al 7,500%

Entre las posibles consecuencias que tendrán lugar sobre dichas zonas patrimoniales, el INAH advierte: Incremento exponencial de visitas con una consecuente solicitud de los más diversos remitentes: organismos internacionales, escuelas, universidades, asociaciones civiles e iniciativa privada.

Asimismo un aumento considerable del flujo de público, el cual requerirá obligatoriamente estudios de capacidad de carga –turística y ambiental–, mejoramiento de señalamientos, áreas de servicios, centros de visitantes, equipamiento y mobiliario, taquillas, etcétera.

¿Realmente se cuenta con un estudio serio que considere estos datos? ¿Existe la infraestructura para atender una progresiva demanda de servicios turísticos que no dañe la reserva natural? ¿Qué políticas instrumentará la Secretaría de Cultura (SC), a través del INAH, para preservar en óptimas condiciones los vestigios mayas? ¿Cómo mantener el equilibrio entre desarrollo regional, sustentabilidad y responsabilidad cultural?

La respuesta a estas interrogantes exige un trabajo de colaboración interinstitucional entre el INAH y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el cual, hasta el momento, no aparece en el horizonte de ambas dependencias, lamenta el CESOP.