Estamos en medio de una pandemia en la que hay indicaciones de mantener distanciamiento social y no salir de casa si no es necesario, sin embargo, es en este contexto, hay muchas cosas que se están dejando de hacer y que no deberíamos, como la aplicación de las vacunas para evitar enfermedades que son prevenibles.

En términos generales, la Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que 30 por ciento de los niños tienen sus esquemas de vacunación completos, “en nuestro país dependiendo de la fuente a la que recurramos en ocasiones será entre el 20 y el 30 por ciento”, señaló Salvador Pineda, médico pediatra y gerente médico de Sanofi-Pasteur.

Otras fuentes, abundó, señalan específicamente el caso de las vacunas pentavalente o hexavalente, de la cual, la dosis correspondiente a los 6 meses sólo del 18 al 20 por ciento de los menores que debieron de recibirla se les aplicó, “es decir que 80 por ciento de los niños de esa edad no han recibido la vacuna pentavalente en su tercera dosis”.

En entrevista con Crónica, mencionó es que el problema es que si un niño no recibe las dosis a la edad que le corresponde, “digamos que le aplican la dos primeras dosis (2 y 4 meses), pero le falta la de los seis meses y ya cumplió 10 meses de edad, ese niño o niña está susceptible a las enfermedades que previenen las vacunas hexavalente o pentavalente.

ESQUEMAS INCOMPLETOS FALSA PERCECION DE SEGURIDAD.“No se debe tener una falsa percepción de seguridad, porque, si falta una dosis, pero tiene las anteriores, se piense que el o la menor esta más o menos protegido: la realidad es que si ya pasaron varios meses ese niño no está bien protegido. Los papás deben recordar que los refuerzos no son opcionales, sino obligatorios y forma parte del esquema completo de vacunación".

Refirió que gracias a los excelentes esquemas de vacunación y de cobertura a nivel nacional, es que se ha logrado que en México desde hace casi tres décadas no se vea un solo caso de poliomielitis, ni de difteria y hace ya varios años que el tétanos neonatal está casi erradicado, el problema, señaló es que los papás no están llevando a vacunar a sus hijos y si las coberturas bajan eventualmente se comenzarán a registrar brotes de enfermedades que ya estaban controladas, y correr el riesgo de volver a ver casos de difteria o poliomielitis, por ejemplo.

Hay vacunas que han dejado de aplicarse o no se completan los esquemas de vacunación por ejemplo la pentavalente (difteria, tosferina, tétanos, poliomielitis y Haemophilus Influenzae tipo B), o hexavalente (tétanos, difteria, tosferina, poliomielitis, haemophilusinfluenzae tipo B y hepatitis B), que se aplica a los dos, cuatro y seis meses de edad y un refuerzo a los 18 meses.

PAPÁS NO LLEVAN A VACUNAR A NIÑOS. En materia de salud pública, dijo el doctor Salvador Pineda, es muy difícil avanzar y muy fácil retroceder. Para avanzar hay que tener esquemas de vacunación y un muy buena cobertura para poder vacunar a todos o casi a todos los niños y para retroceder sólo basta con no ir al médico y no vacunarse.

En este mismo sentido, resaltó que en el sector salud hay suficientes dosis de vacunas para ser aplicadas, el problema es que si no se usan tendrán que ser desechadas “lo que hace falta es que los papás lleven a sus hijos Te puedo asegurar que no hay escasez de vacunas en el país, pero si se están quedando y desechando, repito, porque no se están utilizando”.

Respecto a los cuidados durante la pandemia, Salvador Pinea indicó que el programa de vacunación no se ha suspendido, y teóricamente deberían existir todos los biológicos contemplados en la Cartilla de Vacunación, lo que deben hacer los padres de familia primero es verificar vía telefónica que el biológico exista en su unidad de salud, o el IMSS o ISSSTE, si no es así, a dónde los pueden llevar y en qué horarios son los de menor riesgo.

Mencionó que para el caso del brote de sarampión en la Ciudad de México, quienes se ven más afectados son adultos entre 20 y 30 años de edad, a quienes recomendó que si no tienen la cereza de tener completo su esquema de vacunación, (una dosis al año y otra a los 6 años) o no haber sufrido la enfermedad de sarampión “lo recomendable es aplicar una dosis como prevención”.

VACUNA VPH, ACONSEJABLE PARA NIÑOS. En cuanto a la vacuna prevenir el Virus del Papiloma Humano, en niñas de 11 años subrayó que los beneficios de ésta se van a ver en los años posteriores, pero esta demostrado que esa niña queda protegida desde el momento de contar con la vacuna en adelante, a fin de prevenir el riesgo de desarrollar Cáncer Cervico-Uterino por una infección del VPH.

“La protección de esta vacuna no tiene fecha de caducidad, y se va a notar con el tiempo, de hecho y ya se comienza observar el efecto de esta vacuna, porque antes el Cáncer Cervico-Uterino era la primera causa de muerte por cáncer en la mujer, hoy ya descendió al segundo lugar”.

Incluso, abundó, se terminaría de “cerrar” el círculo más rápido contra este padecimiento, si los niños también les aplicaran la vacuna contra el VPH, “eso sería lo más responsable, pensando en las futuras parejas que pudieran tener, porque uno nunca sabe qué pueda suceder-, desafortunadamente la vacuna para el sexo masculino contra el VPH no está en el sector salud y sólo se aplica en el sector privado. Aplicar esta vacuna a los niños ayudaría a combatir esta enfermedad que es potencialmente mortal para las mujeres”.