La vida moderna emplea muchos materiales sintéticos y productos químicos, la mayoría de ellos con el objetivo de generar confort y bienestar al hombre, sin embargo, su origen los hace contener y liberar compuestos que pueden dañar nuestra salud a veces de manera muy sutil pero constante, este es el caso de algunos compuestos cancerígenos y teratógenos.

La realidad planteada por la pandemia de covid nos obliga a permanecer en espacios cerrados principalmente en casa, lo que provoca que los compuestos que están en el ambiente terminen en nuestros pulmones, una persona respira a diario entre 15 y 20 mil litros de aire por lo que cada sustancia (aunque su concentración sea mínima) puede terminar en nuestro organismo.

Existe una amplia gama de enfermedades asociadas al contacto con sustancias químicas como el cáncer, asma, infertilidad, problemas auto-inmunes, enfermedades respiratorias y cardíacas, hasta la baja en el sistema inmunológico que favorece el desarrollo de infecciones oportunistas debidas a microorganismos y virus; la OMS indica que los factores ambientales son responsables del 23% de la mortalidad en una enfermedad, particularmente hablando de cáncer, el 90% de los casos se deben a factores ambientales por lo que son evitables.

Pero ¿cuáles son estos enemigos invisibles que tenemos en casa? Los más comunes son el humo de tabaco que contiene por sí mismo partículas que pueden penetrar hasta los pulmones cómo el arsénico, benceno, cloruro de vinilo, formaldehido, alquitrán, butadieno, entre otros; sin embargo hay otras fuentes, como gases de motores de combustión, maderas prensadas, pegamento, disolventes, removedores de pintura, algunos cosméticos, pinturas, productos de limpieza, calentones, quemar gas, carbón o queroseno en espacios con poca ventilación.

Afortunadamente de nuevo viene a nuestro auxilio la madre naturaleza, con plantas que podemos emplear para mejorar la calidad del ambiente dentro de nuestro hogar; la NASA realizó un estudio para determinar que plantas son ideales para combatir los contaminantes en espacios cerrados y recomendó una serie de especies útiles para esta misión.

El “potus” o “teléfono” es una planta muy popular, fácil de conseguir y muy resistente pues no requiere de muchos cuidados, es por ello que se emplea para decorar espacios públicos, casas y oficinas, se acomoda a temperaturas entre los 17 y 30 C y absorbe formaldehidoxileno y benceno; la “flor de la paz” o “cuna de Moisés” puede sobrevivir con poca luz y poco agua, no le gustan las corrientes de aire, absorbe benceno, xileno, formaldehido, compuestos volátiles.

También encontramos la “palmera de bambú” o “palmera china” que es muy común en la decoración de interiores, alcanza hasta los 2 metros, tolera bien los sitios con poca luz, requiere espacio y maceta bien drenada; por otro lado la “lengua de tigre” o “espada de San Jorge” sobrevive en condiciones desfavorables, así que si eres principiante, esta puede ser una excelente opción, ya que tolera temperaturas de los 40 a -5 ºC, elimina benceno, xileno, tolueno, tricloroetileno y formaldeido; el “árbol del caucho” o “ficus robusta” crece mucho (así que necesita de buen espacio), resiste muy bien enfermedades y tiene una alta transpiración lo que ayuda a mantener la humedad en el ambiente, su fuerte es la eliminación del formaldehido.

Existen otras opciones como el “listón”, la “hiedra inglesa”, el “tronco de brasil” como excelentes filtradoras de contaminantes, hay que elegir la que se adapte a nuestras condiciones y disfrutar de sus beneficios.

*Presidenta de la Comisión de Preservación del Medio Ambiente, Cambió Climático y Protección Ecológica y Animal en el Congreso de la Ciudad de México.