Opinión
Amenazas y desviador perfecto
David Gutiérrez Fuentes

Amenazas y desviador perfecto

El opositor

El opositor

Mal, muy mal, recrontraquetemal, ñaca, ñaca

Además de preocupante, el tuit del señor Claudio X González es ruin y revela el rostro de quien le apuesta a la polarización cubierto con el hábito de sufridora carmelita descalza. Por otro lado es contraproducente para quienes acusan a paraguazo o bastonazo limpio a López de ser el Gran Polarizador de la Vía Láctea.

En tanto, desde la soledad de sus estudios, los jugadores de nado sincronizado hacían ejercicios de caligrafía y se preguntaban: “¿Qué se puede hacer o no hacer ahora si este cuate es peor que López?” y mientras rumiaban mentalmente las

líneas del tuit en cuestión, sus plumas de ganso ensayaban la letra X para halagar a su monarca:

“La llamada 4t –tuiteó el señor equis– una gran farsa, acabará mal, muy mal. Hay que tomar nota de todos aquellos que, por acción o por omisión, alentaron las acciones y hechos de la actual [administración] y lastimaron a México. Que no se olvide quien se puso del lado del autoritarismo populista y destructor.”

Es decir este señor que con nuestros impuestos y financiamiento externo sostiene fundaciones que hacen política radical para recuperar terreno de explotación neocolonialista, llama a hacer listas negras de “todos aquellos que por acción” como militantes, simpatizantes o sufragantes apoyan a la “actual [administración]”, y en ellas ordena anotar también a quienes “por omisión”, deberían formar parte de la configuración solicitada. Además amenaza, en el mejor estilo de la magna obra de El mesías tropical, que quienes nos colocamos del lado del “autoritarismo, populista y destructor”, o, dicho en términos melodramáticos: “del lado equivocado de la historia” no lo olvidaremos. ¿Así o más supremacista?

De los dos grupos destinatarios de su amenaza, a mi anótenme en el primero, aunque desde luego no comparto las conclusiones cretinas del mensaje ni de muchas de las plumas de ganso que lo secundan multimodalmente.

s convencidos de “la actual [administración]” que no participan en sus clases de democracia digan: Presente Señor X. O sea estos cuates practican lo que según ellos hace su enemigo: apisonar más la tierra de la polarización, caldear los ánimos desde las redes sociales en las que visiblemente debe tener algún tipo de control porque de otra manera no me explicaría por qué Twitter México no le retira la cuenta por ese mensaje promotor de violencia y odio que me recuerda a Mr. Trump.

Dicho con otras palabras, transmutado en una mala copia de su némesis está retando a todos quienes no son partidarios de debatir con cretinos de los dos bandos porque están en lo suyo; o incluso no les conviene hacerlo, a que se pongan los guantes.

Coaccionar desde dinámicas amenazantes propias de la ultraderecha a trabajadores, empresarios, académicos de todos los niveles que le dan apoyo “omiso” a “la actual [administración]” podría llevarle sorpresas a este amenazante cacique de los partidos políticos de oposición a Morena y socio de una franquicia ideológica, Va por eme, desde la cual él y el virrey Gustavo de Hoyos, le tiran línea al PRI, PAN, PRD y cortejan a MC; le mandan flores y cajas de bombones al representante de Vox y van abriendo más la ruta bolsonarista suicida en la que les gustaría ver inmerso al país para terminar con el proyecto del monstruo en el 24. Cierto, bajaron la bandera de revocación de mandato que ya no les gustó porque hicieron pésimas cuentas, con decirles que me llegué a topar con sesudos articulistas que se preguntaban: ¿Qué hacer cuando López pierda la revocación? De ese tamaño sus nociones de cálculo político.

La UNAM: el pretexto perfecto

En el foro que organizó Vargas Llosa en Guadalajara de cuyo nombre no puedo acordarme y me da flojera buscar, se les esfumó la posibilidad de declarar que en México se reprime la libertad de expresión. La intervención de Julio Hernández puso cuando menos en aprietos a quienes iban por ese posible camino en la redacción o panel de conclusiones que si lo hubo no vi.

En México hay mucha más libertad de expresión que antes, pero les irrita que también la ejerza el presidente. Lo cierto es que en el fondo a veces les ayuda a sus opositores. El asunto es que con las opiniones sesgadas del representante del poder ejecutivo a propósito de la UNAM, mi querida alma mater y la de muchos ciudadanos, el señor equis y sus plumas de ganso encontraron el pretexto perfecto para desviar de la discusión política las amenazas en redes del cacique opositor. De pronto se saturaron las redes con millares de niños y niñas héroes envueltos en la bandera puma. Fue conmovedor el retorno del “Azí no Anlo”, “otra invazión a la autonomía” y apuntes parecidos en el que algunos sectores pueden seguir las pistas del nado sincronizado que veremos la próxima semana. Ojalá así sea porque en el apartado de réplicas sobresale también la inconformidad de una buena cantidad de universitarios con el estado actual de su burocracia administrativa o con las opiniones maniqueas de sus “representantes” intelectuales.

El hecho de que el movimiento Yosoy132 haya iniciado en la universidad iberoamericana, no impidió que se replicara en prácticamente todas las universidades del país, incluida la UNAM, el IPN y la UAM. El presidente tiene derecho a manifestar su opinión sobre la universidad de la que es egresado, quienes la magnifican de manera distorsionada podrían estar albergando el temor de que el puma o la pantera dormidos vuelvan a despertar como cada tanto lo hacen. Pero la horizontalidad de la discusión debe gestarse desde abajo, no desde la presidencia ni mucho menos de los cada vez más evidentes grupos de poder en los que también hay personajes ligados a la 4T.

La UNAM y otras universidades públicas están tardando mucho en procesar sus contradicciones internas, sus autoritarismos endogámicos y bilaterales, el poder de grupos que se reparten los altos cargos y la titularidad de las plazas con perfiles a modo, pero cada tanto lo hacen, la reciente crítica presidencial más que entrometida, fue parcial.

En un puntual ensayo de Hugo Aboites publicado en El cotidiano, bajo el título de “El pacto en ciencia, tecnología e innovación: su historia en las leyes (1970-2021)”, su autor escribe unas líneas que están muy vinculadas con este debate: “Un Anteproyecto de Ley de Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación no puede prescindir de una visión de la educación superior mucho más rica y educativa que la que concibe a la universidad como proveedora de servicios para las empresas y organismos. Le corresponde interesarse positiva y normativamente en cómo las universidades pueden, desde su propio espacio y encomienda, contribuir a mejorar la función social y cultural amplia hacia afuera y los procesos de formación de las y los jóvenes, dentro y fuera de la institución. El conocimiento, lo dice el anteproyecto, es un derecho universal.”