Opinión
Las monárquicas posaderas de Felipe VI
David Gutiérrez Fuentes

Las monárquicas posaderas de Felipe VI

Defendiendo “plazas” neocoloniales

Las monarquías europeas con cargo al erario de sus países y de sus socios súbditos en el planeta, representan un gasto grosero en estos momentos de crisis inducida por los policías del mundo y su política económica basada en el crimen y las armas. Quién sostenga que estamos a salvo de esas formas de representación política se equivoca. Y si no empecemos por las pelucas de plástico.

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Pelucas Mi alegría de la nobleza de derechas

¿En qué me baso? Nos encontramos rodeados de personajes que sangran nuestras arcas a quienes sólo les faltan las pelucas blancas de plástico multimodales. De hecho podemos imaginarlos con ciertos prototipos: algunas con un toque de Lila súper artificialote aunque son bien fachas y no comprometidas como siento que hay más del lado de la izquierda y abrazo desde aquí queride Francesca; otras pelucas están patrocinadas por conocidas marcas que se diluyen en organizaciones como la cada vez más objeto de escrutinio, de juicio crítico e incluso popular en varias regiones de América, la UASID. Rásquenle, lectores: Analicen nombres, vínculos, patrocinadores, historia, luminarias, patrones de búsqueda, primeras entradas, etcétera, no se queden en la superficie o establezcan búsquedas del citado organismo con otras palabras, fuentes o nombres de su confianza. El presidente tiene razón al menos en un punto: el financiamiento a organizaciones partidistas con fachada de autónomas es reprobable.

Los títulos nobilarios en un mundo en guerra por la nobleza multimodal

A nuestra nobleza contemporánea neocolonializada les faltan los títulos del Rey, aunque hay algunos intelectuales que tácitamente los tienen con sendos reconocimientos. Pero pensemos en los más grotescos, los nobles de los tres poderes de la unión, con predominancia en el poder judicial y el legislativo en “huelga” con cargo a todos; nobles que chapotean en sus propios lodos y que llegan a ser tan grotescos como el padre de Felipe VI, Don Juan Carlos I: cazador de elefantes y cabras salvajes, amante de empresarias que le bajaban la lana del pueblo español, vendedor de armas, “presunto” poseedor de cuentas en Andorra y Suiza en las que pretendió ocultar 7.9 millones de euros, en fin, toda una ficha como las tenemos en los partidos políticos y en muchas entidades “autónomas” en las que todavía impera la división por castas y el racismo más abyecto, en las que se hacen extrañamientos contra a una modesta maestra que les puede arrebatar con métodos republicanos una de sus colonias (aunque nada se le ha probado), mientras se perdona a un temible rufián que ni en su desprestigiado partido quieren, salvo en Morena, desde luego, porque involuntariamente ayuda a la causa.

Por lo pronto, mis caras pálidas de esta gran nación chichimeca (Lorenzo Córdova dixit), vale la pena citar unas líneas del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a propósito del caso de la maestra Delfina Gómez, elegida en Morena para disputar la candidatura del Estado de México a la oposición narco incendiaria que cada vez se descara más para defender sus “plazas”: “no se acreditó un beneficio concreto y directo a favor de la campaña electoral para la diputada de la ciudadana Delfina Gómez Álvarez.”

Culiatornillado a la silla

Es al gran periodista y poeta tlalpense Renato Leduc, a quien se le atribuye el neologismo de quien se aferra a una silla como si estuviera atornillado. En los cuentos de hadas, en las series televisivas, en los cómics, en los memes y en algunos cartones políticos como los de Hernández, el maestrísimo Helio Flores, o el Fisgón, cualquier cantidad de reyezuelos, reinas, príncipes y princesas aparecen culiatornillados a sus tronos.

En la vida real sucede también y lo acaba de demostrar su majestad Felipe VI, con una infinidad de súbditos en el MacPrian y su atribulado electorado. No obstante es conveniente un resumencillo: resulta que antes de la toma de posesión de Gustavo Petro en Colombia, Felipe VI se entrevistó primero con Iván Duque, quien no le prestó la espada del Libertador de América al presidente que en breve lo sustituirá, más tarde con Gustavo Petro, el presidente electo por el país hermano. Después acudió a la ceremonia republicana de cambio del ejecutivo en Colombia en la que Francia Márquez y el nuevo presidente hicieron vibrar a gran parte del mundo no salvaje. En cierto momento de esta ceremonia Petro le ordenó a las fuerzas armadas devolverle al pueblo colombiano la espada del libertador Simón Bolivar. Y cuando la urna que contenía el sable histórico pasó frente a eso que se ha dado en llamar “Invitados especiales”, el único que lució culiatornillado a su silla fue su majestad mientras al grito del pueblo colombiano y muchos de quienes de pie ovacionaban el momento histórico se cantaba jubilosamente: “Alerta, alerta, alerta/ que camina la espada de Bolívar/ por América Latina.”

No habrá quien en el mejor estilo de Vargas Llosa o su brother (Alito dixit) Krauze, vean en ese acto republicano una manifestación más de comunismo, venezualización, “bolivarismo proto chavista” o zarandajas como la que Inna Afinogenova rescató de una tertuliana de derechas que sepa dios quién sea pero soltó perlas como ésta: “Simón Bolivar era un asesino en masa.” O bien este par de españoles, bots o de reales derechas que disparan, como Fox pero con buena ortografía, tuits de auténtico odio. Veamos.

Tuit 1: “Bolívar fue un español traidor a su Patria y a su Rey. El Rey de España no se levanta ante la (dudosamente verdadera) espada de un traidor. Viva el rey de España.”

Tuit 2: “S.M. el Rey de España, Felipe VI, no se levanta al paso de la espada de Simón Bolivar, un criollo, masón y oportunista que se levantó en armas contra el Rey y contra España. Viva el Rey, Viva España.”

La segunda ola de izquierda

Llamar “populistas” a los gobiernos de izquierda electos democráticamente es querer prolongar el saqueo a nuestro continente y alargar guerras que en su momento destaparon Calderón y Uribe para que la sucia economía de guerra tuviera frentes con los cuales negociar. América debe constituirse como un polo de desarrollo ajeno al dinero que se mueve en el verdadero crimen organizado que escala sus métodos violentos y por añadidura culpa a sus “autócratas” de cabecera.