Opinión

Simpatía y antipatía

Se tardó una semana. El presidente no aguantó más y se lanzó contra el rey Felipe de España por haberle entregado un galardón de Derechos Humanos a un colectivo mexicano de mujeres buscadoras.

Rey Felipe de España

Rey Felipe de España

EFE

Que el monarca español reconociera el coraje de las mujeres mexicanas que escarban en fosas clandestinas para buscar a sus seres queridos, le pareció mal. Reconoció que no hay buena relación entre ellos. Ya se sabía.

El problema real no es que el Rey le caiga gordo. No es un tema de simpatías o antipatías. El problema real es el de los desaparecidos y la proliferación de las fosas clandestinas en el país. Lo otro de lo de menos.

Los colectivos, que nadie en el gobierno quiere atender con seriedad, buscan que el desinterés tenga un costo político. Por eso anuncian una mega marcha de colectivos de buscadoras para el próximo 10 de mayo, Día de las Madres, a tres semanas de la elección presidencial. Seguro le van a caer mal al presidente.

Disparo en el pie

La enjundia que le puso Santiago Taboada a su propuesta de desaparecer al Instituto de Verificación Administrativa no pasó desapercibida.

Aunque sus interlocutores eran transportistas a quienes el INVEA extorsiona según asegura el candidato a la jefatura de Gobierno, otros recordaron que el instituto también verifica inmuebles lo que generó múltiples suspicacias ante el asunto del cartel inmobiliario.

“El INVEA se irá de la ciudad”, dijo Taboada. Y entonces quién asumirá sus tareas de verificación, ya sea de la documentación de los transportistas o los desarrollos inmobiliarios para que cumplan leyes, reglamentos, decretos, acuerdos y circulares.

Sus opositores se lo echarán en cara.

Dañar la relación

El gobierno mexicano puso por escrito, negro sobre blanco, su malestar por la posible implementación de La Ley antinmigrante de Texas, SB4.

Advirtió que la entrada en vigor de la ley dará lugar a una “tensión sustancial” entre los dos países con consecuencias impredecibles de largo plazo.

Es una ley racista que criminaliza a los migrantes, a los que se puede detener por su apariencia, por el color de su piel, lo que es inadmisible.

“Nuestros migrantes no son delincuentes” es la divisa de la cancillería mexicana. La respuesta del gobierno mexicano quiere ser contundente ante el riesgo de contagio por el entorno electoral, y que otros estados fronterizos de la Unión Americana también implementen leyes xenófobas. México no dejará solos a sus migrantes.

No se soslaya que México tiene en esta coyuntura un aliado, que es el embajador Ken Salazar, quien reiteró que la ley texana es anti constitucional.

Aliados y adversarios

Xóchitl Gálvez tuvo que anunciar que pedirá coperacha para su campaña para que la dirigencia nacional del PAN anunciara que le dará otros 80 millones de pesos a su candidata presidencial.

Los que saben dicen que las dirigencias de PAN y PRI privilegian invertir en la elección del Congreso, donde por mera casualidad los respectivos presidentes encabezan la lista de plurinominales, en lugar de respaldar financieramente la campaña de Xóchitl.

Para nadie es un secreto que la distancia es cada vez más grande entre Xóchitl y Marko Cortés y Alito Moreno quienes sienten que la súbita popularidad de Xóchitl vino a alterar sus planes.

En el trabajo diario de la campaña la coordinación, se dice, recae en Max Cortázar y no en Santiago Creel, enviado de la dirigencia blanquiazul. Xóchitl sigue cuesta arriba o lo que es lo mismo, con esos aliados para qué quiero adversarios.

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