El análisis del oído interno de una nueva especie de delfín prehistórico muestra que tenía una capacidad auditiva excelente en el rango de alta frecuencia, muy similar a la de los delfines modernos.
El trabajo, dirigido por la paleontóloga de la SNSB (Colección Estatal de Paleontología y Geología de Baviera) Gertrud Rösner, se publica en el Journal of Vertebrate Paleontology.
El mar interior poco profundo en el que vivía el delfín recién descrito hace 22 millones de años, junto con muchos otros organismos, incluidos una variedad de microorganismos, algas, caracoles, mejillones, parientes de los calamares y peces, se extendía al norte de los recién surgidos Alpes.
El único fósil conocido de este delfín hasta la fecha proviene de un yacimiento cerca de Linz en Alta Austria. El fósil fue asignado a una nueva especie y género, hasta ahora desconocidos, y fue bautizado científicamente como Romaleodelphis pollerspoecki.
“Todo lo que queda de Romaleodelphis pollerspoecki es su cráneo fragmentado e incompleto con un hocico alargado y 102 dientes uniformes”, informa en un comunicado la primera autora Catalina Sánchez Posada, quien examinó el fósil como parte de su tesis de maestría. El animal pertenece a los cetáceos dentados, pero difiere significativamente de todos los representantes prehistóricos conocidos hasta ahora de este linaje.
Las comparaciones y un complejo análisis informático de las relaciones con otros delfines fósiles revelaron que Romaleodelphis probablemente estaba relacionado con los delfines ya extintos y muy arcaicos del llamado clado Chilcacetus.
“Todos los fósiles conocidos hasta ahora de este linaje de delfines proceden del noreste del Pacífico y de las costas de Sudamérica. El descubrimiento de Romaleodelphis pollerspoecki, un supuesto pariente europeo de este linaje, podría proporcionar nuevos e importantes conocimientos sobre el origen y la evolución de este linaje en el Mioceno temprano“, afirma la doctora Rösner, conservadora de mamíferos fósiles de la Colección Estatal de Paleontología y Geología de Baviera, autora principal del estudio.
El fósil del cráneo está muy comprimido y distorsionado, lo que hizo que el examen de la anatomía del cráneo fuera especialmente complicado. Las imágenes de tomografía computarizada tomadas en el Departamento de Radiología del Hospital Universitario Ludwig Maximilians de Múnich permitieron examinar y reconstruir las características internas.
La reconstrucción anatómica del oído interno del fósil mediante imágenes de microtomografía computarizada también arrojó resultados sorprendentes. “La forma del laberinto óseo bien conservado en el cráneo indica que Romaleodelphis pollerspoecki era capaz de escuchar señales de alta frecuencia“, explica la coautora Dra. Rachel Racicot del Instituto de Investigación Senckenberg y el Museo de Historia Natural.
Esto convierte a este delfín en uno de los cetáceos dentados más antiguos conocidos que ya poseía un sentido del oído tan desarrollado como, por ejemplo, las marsopas modernas. Estos animales son capaces de comunicarse en rangos de frecuencia que están más allá del rango auditivo de sus depredadores. También puede haber una conexión en el desarrollo con la capacidad de orientación por ecolocalización, algo típico de los delfines.
El fósil de delfín fue desenterrado en 1980 por el coleccionista privado Jürgen Pollerspöck, quien más tarde lo entregó a la Colección Estatal de Paleontología y Geología de Baviera para su restauración y almacenamiento adecuado.