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Hace apenas un mes, un equipo de la Universidad de Cambridge informó de que había detectado los “indicios más claros de actividad biológica fuera del sistema solar”

Cuestionan los posibles indicios de moléculas relacionadas con la vida en el exoplaneta K2-18b

Planeta. Una ilustración muestra el aspecto que podría tener el exoplaneta K2-18 b según los datos científicos. (Archivo)

Hace apenas un mes, un equipo de la Universidad de Cambridge informó de que había detectado los “indicios más claros de actividad biológica fuera del sistema solar”. Ahora, la Universidad de Chicago indica que la señal es débil y puede explicarse por otras moléculas no relacionadas con la vida.

Aquel primer estudio, publicado en abril en The Astrophysical Journal Letters, señalaba que habían detectado “los indicios más prometedores hasta ahora de una posible biofirma fuera del sistema solar” en forma de huellas químicas de sulfuro de dimetilo (DMS) o disulfuro de dimetilo (DMDS), aunque mantenían “la cautela”.

El exoplaneta en cuestión es K2-18b, situado a 124 años luz de la Tierra y que orbita alrededor de la zona habitable de su estrella (donde hay condiciones que podrían permitir la vida). El equipo apuntaba que, en nuestro planeta, el DMS y el DMDS solo los produce la vida, principalmente la microbiana, como el fitoplancton marino.

Sin embargo, la Universidad de Chicago (EE. UU.) ha revisado los datos e incorporado otros nuevos en un estudio que aún no ha sido publicado por ninguna revista científica, aunque lo han presentado a Astronomy and Astrophysics Letters.

La conclusión de esta universidad es que “no se puede hablar de una detección concluyente” y agrega que han encontrado que otras moléculas, “y no solo las que podrían indicar signos de vida, podrían explicar las lecturas, “lo que pone señales de precaución en torno a la afirmación”, dice un comunicado.

“Simplemente no hay suficiente certeza para decir una cosa u otra”, declaró el investigador Rafael Luque de la Universidad de Chicago.

Los datos que llevaron a aquel anuncio fueron tomados por el telescopio espacial James Webb y el equipo recuerda que su interpretación “requiere muchas conjeturas”, pues estos planetas están muy lejos y, al trabajar con lecturas tan débiles, es muy difícil identificar de forma inequívoca una molécula concreta.

Todo lo que tenga un carbono unido a tres hidrógenos aparecerá en una longitud de onda determinada y eso es lo que tiene el sulfuro de dimetilo, pero hay “innumerables compuestos” que mostrarían características similares en los datos de Webb, según Michael Zhang, otro de los firmantes.

El análisis del equipo apunta que “muchas otras moléculas podrían encajar en lo que vio el telescopio”, por ejemplo una de etano, que tiene un perfil similar y es un gas “que se ha encontrado en las atmósferas de muchos planetas, como Neptuno, lo que definitivamente no indica vida”.

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