
La diversidad refiere a la variedad y diferencias presentes en un sistema y es fundamental para el desarrollo de una sociedad equitativa, madura, justa y sostenible. Reconocer la diversidad fomenta la inclusión y el respeto a través de la valoración de las diferencias culturales, de género, de ideología, de edad o de capacidades. También combate la discriminación ya que, por sí, promueve la igualdad.
En un esfuerzo para superar la división entre culturas y lograr unidad y paz, la Asamblea General de Organización de las Naciones Unidas proclamó el 21 de mayo como el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo desde 2001. Hace énfasis en el respeto y reconocimiento la lengua, tradiciones y costumbres y propiciar el diálogo y el respeto entre los pueblos.
Lo anterior contrasta totalmente con la situación que se vive en la Franja de Gaza. La historia da cuenta de una encarnizada lucha por territorio que se ha convertido en una guerra de exterminio del pueblo palestino por parte del gobierno israelí. El conflicto es políticamente muy complejo, pero sin duda deja ver una crisis humanitaria sin precedentes. A la fecha más de 53 mil muertes desde el 7 de octubre del 2023, fecha en la que integrantes del grupo palestino Hamás lanzó una ofensiva llamada “Operación Inundación de Al-Aqsa”, resultando en la muerte de aproximadamente 1,200 personas en Israel y la captura de más de 240 rehenes, muchos de ellos civiles (infancias incluidas).
Hoy la ONU advierte que 14 mil bebés y niños podrían morir de hambre dado el bloqueo de ayuda humanitaria que Israel ha impuesto sobre Gaza. Se estima que más de 66 mil niños sufren desnutrición severa y el sistema de salud está colapsada por el ataque a hospitales. A pesar de las presiones internacionales y propias en Israel por poner fin a los ataques a la población palestina, no hay signos de que esto ocurra. Las condiciones establecidas por el gobierno israelí para el cese de las operaciones militares incluyen la eliminación de la infraestructura militar y política de Hamás en la Franja de Gaza, la liberación de los rehenes israelíes y el control de zonas estratégicas como el Corredor Morag.
Lo cierto es que mientras Israel siga recibiendo ayuda militar y armamentista de parte de Estados Unidos, y la comunidad internacional no ejerza suficiente presión, el conflicto continuará. La división del territorio palestino para permitir la ocupación israelí iniciada en 1947 con el Plan de partición de la ONU ha escalado a cifras incontables de refugiados, muertes y exterminio sin precedentes.
Este conflicto pone de manifiesto que nada hay más lejos del reconocimiento de las culturas e identidades de los pueblos que se pretende enfatizar con la conmemoración del Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo. Las naciones dominantes en infraestructura militar siguen en el afán de colonizar y ocupar territorios que pertenecen a otros pueblos. La lucha por territorios desde la época de los romanos no ha dejado suficientes enseñanzas a la humanidad para promover la paz y el respeto entre las naciones y entre los pueblos.
Si se invirtiera el recurso económico armamentista en alimentos y educación, se terminaría la pobreza en nuestro planeta.