
La genetista estadounidense Mary-Claire King ha sido distinguida este jueves en España con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2025. La científica ha contribuido a salvar millones de vidas con el tratamiento precoz de algunos tumores al haber descubierto hace más de tres décadas los genes que causan algunos tipos de cáncer de mama y ovarios.
Esa contribución “pionera en la aplicación de la genética al estudio y prevención del cáncer” ha sido destacada por el jurado que otorgó en Oviedo este galardón, cuyo fallo también recoge sus aportaciones a la hora de conocer la similitud entre especies y a la defensa de los derechos humanos.
Esta investigadora de 76 años, actualmente profesora en la Universidad de Washington, demostró hace casi medio siglo el gran parentesco que une a los humanos y los chimpancés, ya que comparten el 99 por ciento de los genes, y desarrolló en la década de los ochenta un método conocido como “índice de abuelidad” que mediante la aplicación de la genética dental permitió vincular con las ‘Abuelas de la Plaza de Mayo’ a 138 niños robados en Argentina durante la dictadura militar.
Este método fue utilizado también para identificar los cadáveres de cientos de desaparecidos en Argentina y otros países iberoamericanos, una cuestión que ha sido destacada por algunos de los miembros que desde Oviedo han fallado este galardón y que han destacado la vertiente social de esta investigadora que en 1974 comenzó a trabajar ya en el origen del cáncer de mama.
Según el biólogo molecular Ginés Morata Pérez, miembro del jurado, se trata de una “científica extraordinaria” que ha hecho unos descubrimientos que han tenido “no solo un impacto científico enorme, sino también un impacto social tremendo” por su contribución a la lucha contra los cánceres específicos de mujeres.
Tras muchos años de una compleja investigación y desarrollo de nuevos modelos estadísticos de genética de poblaciones y genética evolutiva, en 1990 consiguió identificar un gen localizado en el cromosoma 17, denominado BRCA1, así como que las mutaciones en este gen estaban implicadas en el desarrollo de determinados tipos de cáncer de mama y ovario hereditarios.
CAMBIO DE PARADIGMA.
Este trabajo supuso un cambio de paradigma en el conocimiento del origen del cáncer, una enfermedad compleja de la que no se sospechaba que pudiese tener un origen genético, y en su tratamiento.
A partir de entonces, el estudio de esta enfermedad y de otras enfermedades denominadas raras, como la enfermedad de Huntington o la fibrosis quística, comenzó a enfocarse desde otro punto de vista.
Recientemente ha jugado un papel fundamental en el hallazgo de los fundamentos moleculares de la esquizofrenia y ha proporcionado nuevos conocimientos sobre su patogénesis y posibles terapias.
La candidatura de King fue propuesta por el biólogo estadounidense Peter Greenberg, que fue distinguido con este mismo galardón en 2023, y contó con el apoyo de Gene E. Robinson, director del Instituto de Biología Genómica Carl R. Woese de la Universidad de Illinois (EU).
Varios miembros del jurado que este jueves ha concedido el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica a la genetista Mary-Claire King destacaron no solo su dimensión científica, sino su compromiso social, ya que puso su trabajo al servicio de causas humanitarias como la identificación del parentesco de los ‘niños robados’ durante la dictadura argentina.En declaraciones a los medios tras el fallo del jurado, la directora editorial de la revista científica Nature Research Journals, Erika Pastrana, destacó la contribución a la sociedad de una genetista que “aplicó mucho más la ciencia a aspectos sociales de lo que muchos otros científicos lo han hecho”.
OTROS PREMIADOS.
El pasado año fueron distinguidos con este galardón el médico canadiente Daniel J. Drucker, el químico danés Jens Juul Holst, el biólogo molecular Jeffrey M. Friedan y el endocrinólogo Joel F. Habener, ambos estadounidenses, y la química Svetlana Mojsov (Macedonia-EEUU) por sus descubrimientos y el desarrollo de nuevos medicamentos que ayudan a controlar la diabetes y a combatir la obesidad.
El de Investigación Científica y Técnica ha sido el séptimo de los ocho galardones en fallarse en la XLV edición de los Premios Princesa de Asturias, de modo que tan solo queda por fallarse el de Cooperación Internacional, el próximo miércoles 18 de junio.
Hasta ahora se han concedido el Ciencias Sociales, al demógrafo estadounidense Douglas Massey; el de las Artes, a la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide; el de las Letras, al escritor Eduardo Mendoza; el de Comunicación y Humanidades, al filósofo y ensayista alemán de origen surcoreano Byung-Chul Han; el de los Deportes, a la tenista estadounidense Serena Williams, y el de la Concordia, al Museo Nacional de Antropología de México.
Los premios, dotados con 50.000 euros y la reproducción de una escultura de Joan Miró, serán entregado el próximo octubre en el Teatro Campoamor de Oviedo en una ceremonia que estará presidida por los reyes de España, a los que acompañarán la princesa Leonor y la infanta Sofía.