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La entrada de Carlos motivó a la institución a implementar medidas inclusivas como sistema braille, audiolibros y guías en el suelo, abriendo camino a más estudiantes con discapacidad

Carlos Iván, Primer organista ciego de la Facultad de Música de la UNAM

Primer Organista con discapacidad visual en la FAM

Carlos Iván Jacinto Sebastián, se convirtió en el primer organista ciego egresado de la Facultad de Música de la UNAM, una hazaña que no solo representa un logro personal, sino que provocó que la institución se volviera más inclusiva.

Carlos fue diagnosticado con pars planitis, una enfermedad ocular que con el tiempo le provocó la pérdida total de la vista. A pesar del pronóstico, encontró en un piano de juguete un nuevo rumbo para su vida. Guiado por su oído y con el apoyo constante de su madre, comenzó a tocar por instinto. Aunque al inicio fue rechazado en varios espacios por no poder leer partituras, un maestro creyó en él y lo impulsó a seguir.

Ingresó al Instituto de Música Sacra Cardenal Miranda, donde conoció el órgano y más tarde fue aceptado en la Facultad de Música de la UNAM. Ahí se enfrentó a más desafíos, ya que el plantel no contaba con infraestructura para personas con discapacidad visual.

La Facultad adaptó sus espacios, se instalaron guías táctiles, incorporaron audiolibros, capacitaron al personal de biblioteca y se implementó el sistema braille; cambios que ahora también benefician a nuevos estudiantes con condiciones similares.

El maestro Gustavo Delgado Parra, quien lo acompañó en su formación, desarrolló un plan de enseñanza especializado y destacó el valor del talento más allá de la visión. Carlos, por su parte, le agradece el apoyo incondicional: “Por cada ‘no vas a poder’ que recibí antes, de él solo obtuve un ‘¿cómo te puedo apoyar?’”.

Carlos Iván Jacinto Sebastián

El pasado 8 de abril, Carlos realizó su examen profesional con un recital de 50 minutos, interpretando obras de Buxtehude, Bach y del propio maestro Delgado. Ahora, planea estudiar un posgrado y empezar a componer.

“El siguiente paso es crear”, dijo Carlos. Y su profesor añadió: “Es un honor que haya interpretado mis obras para su examen; su historia inspira a toda la comunidad”.

Carlos no solo se tituló; dejó una huella en la institución y abrió la puerta para que otros estudiantes con discapacidad tengan un espacio para desarrollarse. La UNAM ya ha tenido más egresados con discapacidad visual en otras áreas de la música, y con ello demuestra que la inclusión también puede empezar con una nota musical.

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