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Una técnica transcraneal podría ser el procedimiento para tratar el consumo de alcohol excesivo, revela un estudio

Estimulación magnética, alternativa para tratamiento del alcoholismo

El problema del alcoholismo en México es inquietante: más de la mitad de los mexicanos mayores de 20 años lo ingieren de forma habitual. Nuevas investigaciones han encontrado que este problema podría tratarse mediante una técnica de estimulación magnética transcraneal.

De acuerdo con una investigación encabezada por Alejandra López en el Instituto de Neurobiología de la UNAM, el problema de consumo de sustancias radica en los cambios cerebrales del sistema de recompensas.

La adicción se produce por dos mecanismos a los que llaman “acelerador y freno”: el primero, ubicado en la amígdala y regiones más profundas, que es el que promueve el “antojo”; y el segundo, es consecuencia de que las zonas prefrontales no funcionan de manera correcta, por lo tanto no es posible interrumpir el consumo, según explica el neurobiólogo Eduardo Garza Villarreal.

“Hay la hipótesis de que si estimulamos magnéticamente ciertas regiones podemos mejorar ese freno, y hay otros que también dicen que es posible disminuir el antojo; ambas son válidas y se utilizan”. Esta técnica ha sido estudiada para el tratamiento de la adicción a varias sustancias, como el fentanilo, y de desequilibrios químicos en el cerebro, como la ansiedad y la depresión.

El estudio se enfocó en 48 personas de entre 25 y 59 años sin padecimientos neuropsiquiátricos, a quienes se les colocó una bobina en el cuero cabelludo para aplicar corrientes eléctricas de 3,500 pulsos de estimulación magnética transcraneal repetitiva (EMTr).

Casi el 80 % de los participantes disminuyeron su antojo de alcohol en las primeras dos semanas, mientras que solo una persona tuvo una recaída. López destaca que los asistentes reciben un tratamiento conjunto que incluye acompañamiento psicológico y/o fármacos psicoterapéuticos.

Ambos expertos creen que esta terapia podría ser una alternativa para el tratamiento del problema del alcoholismo en nuestro país. Sin embargo, los estimuladores pueden llegar a tener precios muy elevados, costando entre 700 mil y 2 millones de pesos. Además, aún no se cuenta con regulaciones para esta actividad en el sistema de salud mexicano, lo cual ha permitido la distribución de estimuladores pseudo-terapéuticos.

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