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A través de juegos, dinámicas sensoriales y actividades guiadas, descubren principios científicos y, al mismo tiempo, reconocen sus emociones

¿Puedes aprender jugando? UNIVERSUM lo hace posible

¿PUEDES APRENDER JUGANDO? UNIVERSUM LO HACE POSIBLE

En el corazón de Universum, Museo de las Ciencias de la UNAM, una niña de ocho años llamada Aerin camina fascinada entre luces, colores y sonidos. Con asombro, presiona botones y observa cómo cientos de pequeñas esferas de unicel vibran dentro de un tubo transparente, revelando el efecto del sonido. “¡Así puedo ver el sonido!”, exclama. Lo que vive es una experiencia de aprendizaje lúdico: jugar para conocer el mundo.

Este es el objetivo del renovado Espacio Infantil, un lugar pensado para niñas y niños de cero a ocho años que, a través de juegos, dinámicas sensoriales y actividades guiadas, descubren principios científicos y, al mismo tiempo, reconocen sus emociones. María Emilia Beyer, directora del museo, explica: “Este sitio vuelve visible lo invisible. El asombro y el juego son el motor del aprendizaje”.

Durante la pandemia por COVID-19, el museo cerró sus puertas y millones de niñas y niños se vieron privados de espacios públicos, recreación y contacto social.

Fue entonces cuando el equipo del museo decidió reconfigurar el espacio. Ampliaron el rango de edad y agregaron actividades que fomentan el pensamiento científico, la empatía y la reflexión emocional. El objetivo: acompañar a las familias en la recuperación del tejido social y emocional desde el juego y el conocimiento.

El Espacio Infantil se divide en varias áreas que despiertan la curiosidad. Una de ellas permite acercarse a conceptos de física, matemáticas y geometría a través de la luz, los colores y las formas. “Vienen a construir arcoíris o a replicar, sin saberlo, el experimento de Newton”, relata la directora.

Universum espacio infantil

En el Espacio Maker, niñas y niños como Aerin construyen torres, giran engranajes y aprenden que equivocarse también es parte del proceso.

Una sección especial es Yo con el Universo, donde se promueve la reflexión sobre el lugar de cada persona en la naturaleza y la sociedad. A través de juegos de comparación, arte interactivo y preguntas provocadoras, los visitantes aprenden sobre diversidad, emociones y empatía. En esta zona destaca la obra Humanae, de la fotógrafa Angélica Dass, que muestra retratos de personas de distintos tonos de piel, acompañados de espejos para que los infantes se vean reflejados.

También hay espacio para la lectura y el arte. Es la Biblioteca, única en su tipo, en el país, hay más de 500 títulos científicos para primeras infancias. Y en el Teatrino, el teatro de títeres del museo, se combinan arte y ciencia con obras originales para explicar conceptos complejos de manera accesible y divertida.

El museo también cuenta con un Gateadero, donde los bebés pueden moverse libremente, y con una Sala de Lactancia, parte de la política universitaria a favor de la equidad.

El museo busca no solo el aprendizaje infantil, sino también el de las personas adultas. “Queremos saber si el juego detona conversaciones familiares sobre ciencia”, dice Beyer. Próximamente, se abrirá una zona dedicada a la sostenibilidad, con un huerto y juegos con burbujas gigantes para aprender sobre medio ambiente, alimentación saludable y biodiversidad.

El recinto está abierto de miércoles a domingo, de 10:00 a 16:30 horas, para infancias de hasta ocho años acompañadas por una persona adulta. Más información en: https://universum.unam.mx

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