
Cada año, los primeros siete días de agosto se celebra la Semana Internacional de la Lactancia Materna, lo que representa una oportunidad crucial para visibilizar, educar y fomentar esa alimentación como un derecho humano y una acción fundamental para el desarrollo saludable de niñas y niños, así como para el bienestar de las madres y la sostenibilidad global, explica Claudia Radilla Vázquez, especialista de la UAM.
Este año, el tema de la Semana se titula Construyendo Sistemas de Apoyo Sostenibles. En entrevista, la coordinadora de la Licenciatura en Nutrición Humana de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Xochimilco, señala que
el tema de la sostenibilidad global se explica porque la lactancia materna es una opción natural, renovable y sostenible, ya que “no genera residuos, emisiones de carbono, y no requiere de recursos adicionales como envases o transporte, a diferencia de la alimentación con fórmulas”.
Esta conmemoración busca justamente, movilizar actores que pueden ser dependencias de gobierno, universidades, organizaciones internacionales y también de la sociedad civil, para trabajar en conjunto en la generación de sistemas de apoyo que sean sostenibles a largo plazo.
BENEFICIOS DE LACTAR.
La académica recordó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los bebés sean amamantados exclusivamente durante los primeros seis meses de vida para después incorporar alimentos complementarios que sean nutricionalmente adecuados y seguros mientras se continúa hasta los dos años de edad, o más si tienen alguna condición de salud.
Este tipo de alimentación es la más adecuada para los recién nacidos, ya que es segura, higiénica y también es rica en anticuerpos que ayudan a prevenir múltiples enfermedades en la infancia.
Entre sus beneficios destaca el aporte de todos los nutrientes necesarios durante los primeros seis meses de vida y el fortalecimiento del sistema inmune contra enfermedades infecciosas, respiratorias y gastrointestinales; favorece el desarrollo neurológico, emocional y cognitivo y reduce el riesgo de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, obesidad y algunas alergias.
Las madres obtienen beneficios, puesto que junto con el vínculo emocional que establecen con el bebé, se reduce el riesgo de hemorragias postparto, el de padecer cáncer de mama o de ovario, de diabetes tipo 2, y permite la recuperación del peso que se tenía previo al embarazo.
OBSTÁCULOS EN MÉXICO.
La doctora en Ciencias Biológicas y de la Salud reconoció que una de las problemáticas alrededor de la lactancia tiene que ver con él ámbito laboral, pues las mujeres madres que trabajan se ven imposibilitadas de amamantar a su bebé en ciertos horarios.
Si bien señaló que en México, de acuerdo el Sistema Nacional de Evaluación de los Derechos Humanos, la licencia de maternidad es de 90 días naturales –30 previos a la fecha aproximada del parto y 60 a partir del nacimiento– en ocasiones este periodo es insuficiente para cubrir los seis meses recomendados y “esta limitación en el tiempo de licencia suele dificultar que las madres puedan mantener la lactancia sin interrupciones”.
Además, está presente la falta de lactarios en los centros de trabajo donde sea posible recolectar la leche y conservarla para llevarla a casa, impedimentos que conducen frecuentemente a que la madre recurra a sucedáneos diseñados para sustituir o complementar la leche materna.
Según la más reciente Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, elaborada en 2023, la posibilidad de lactar es más baja entre mujeres con empleo remunerado, en comparación con quienes no lo tienen. Esto se explica por las diversas barreras que existen en el entorno laboral, como la corta duración del tiempo que tienen para amamantar.
La Agenda Global 2030 busca que el 70 por ciento de los bebés sean alimentados exclusivamente con leche materna durante los primeros seis meses de vida.
Aunque en México la lactancia materna exclusiva incrementó en 18.8 por ciento de 2012 a 2022, para situarse en 33.6 por ciento, en la actualidad “no estamos ni a la mitad de la meta propuesta y, por lo tanto, es necesario redoblar esfuerzos en ese sentido”.
Para que el país alcance por lo menos el 42 por ciento para ese año, es imperativo impulsar acciones como la disposición de lactarios en los centros laborales, para contar con un espacio adecuado y cómodo para que las madres puedan extraer y conservar su leche, advirtió.
LECHE ARTIFICIAL.
La doctora Radilla Vázquez recordó que desde 1981 existe el Código de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, que ha sido una herramienta fundamental a nivel global para la protección de la lactancia materna y para la nutrición adecuada durante los primeros años de vida.
“El propósito central de este código es evitar justo que las familias y los cuidadores sean influenciados por estrategias de mercadotecnia o de mercadeo agresivas, que en ocasiones son engañosas y pueden perjudicar la práctica de la lactancia”.
Informó también que el 27 de mayo de este año la Organización Panamericana de la Salud difundió un comunicado destacando el compromiso de diversas naciones con la regulación del marketing digital relacionado con las fórmulas infantiles y los productos alimenticios dirigidos a infantes.
La iniciativa fue respaldada por 27 países, entre ellos México, y se hizo un llamado a establecer regulaciones claras sobre la publicidad y entornos digitales, así como los mecanismos efectivos para monitoreo y la exigencia de responsabilidades en las empresas.
Radilla Vázquez consideró que este es un paso importante hacia la protección del derecho de las familias a recibir información clara, veraz y basada en evidencia científica para reforzar las políticas de promoción de la lactancia materna y el bienestar de la infancia a nivel global.