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Amparo Albalat, Investigadora por México, es especialista en agroecología, y expone cómo en casa podemos desde separar la basura, hasta instalar baños secos · La agroecología, explica, puede ser un movimiento, un concepto y una práctica

La práctica agroecológica en el hogar nivel “súper sayajin”, el baño compostero

Agroecología y baños secos Colectivo de investigadores docentes de la ENBC, al que pertenece Amparo Albalat, en encuentro de planeación. (Ciencia por México)

El ring del debate está abierto: en una esquina se encuentra el delegado del glifosato, en la otra, el agricultor independiente; con rimas y rap exponen dos visiones distintas de cómo producen alimentos.

“…permisos y contratos desde el 74, sea a Bayer o Monsanto, puro glifosato. El más eficiente, más barato pa’ la gente, que no quede duda que venimos a matar, chingo en caliente y aunque no tenga nutrientes, el fruto más bonito que su tierra va a engendrar”, canta el representante del herbicida. “Quieren tumbar a los clientes, no puede ni el presidente, venimo a hacer billete y nos vamos a quedar…”.

Toca turno al agricultor independiente:

“Soy semilla de calabaza y maíz, soy la brisa que ya no cae en abril, la tierra que es más que un país, soy comida conocimiento y raíz”, rima el representante agroecológico, quien hace su recomendación al productor consciente. “Evita el espacio entre hortalizas, cubre tu tierra y cosecha sin prisas, usa bioherbicidas, en policultivo, rotando tendremos nutrientes vivos”.

Esta exposición de prácticas se concentra en la composición musical “El Debate”, episodio sonoro de Amor Agrotóxico, un vehículo sonoro de divulgación y comunicación creado por Amparo Albalat Botana, Investigadora por México –especialista agroecología y prácticas como el compostaje, diseño de agroecosistemas y uso plantas medicinales– junto con el rapero Cheche Dramas.

Amor Agrotóxico es uno de los resultados del programa educativo Pies Ágiles –ahora Especialidad Nacional para el Bienestar Comunitario (ENBC)– como una estrategia de comunicación comunitaria, cuyo primer episodio se desenvuelve como parodia de un programa radial, transmitido a través de La Cachicihen 99.9 FM y realizado junto con el productor Javier Cabrera, desde donde suenan éxitos como “Por productores como tú, hay herbicidas como yo”, “Hermoso cultivo” y “De qué manera cultivo”, entre otros.

Pies Ágiles fue una apuesta educativa para promover las soberanías y las agroecologías, nacido de un decreto presidencial, para reducir el uso de glifosato, señala la académica en entrevista.

Agroecología y baños secos Amparo Albalat es IxM y usa métodos innovadores de comunicación. (Ciencia por México)

“De esa apuesta política nació esta especialidad y bueno, es un proyecto formativo muy grande, nacional, que busca reducir el herbicida. Digamos que esa es la excusa, pero a partir de ahí se promovieron más acciones integrales que promueven la agroecología”.

A través de este programa se invita a jóvenes, promotores, campesinos y maestros, a repensar la agricultura, a repensar lo que nos da de comer, agrega.

Y es que de existir un futuro viable para el ser humano y el medio ambiente que lo sustenta, uno de los caminos inevitables por recorrer es el de la agroecología, un concepto amplio, pero que no está limitado a cómo se producen los alimentos en el campo ni a los productores, explica la especialista adscrita a El Colegio de Michoacán.

“Lo que me parece muy valioso de esta forma de cultivar es que permite muchas maneras de pensar, muchos tipos de suelo, así como una diversidad de personalidades y de escalas. Eso me hace fascinante, a diferencia de otras formas de cultivar, por ejemplo, con paquetes tecnológicos que son más pensados para algo homogéneo, como si la realidad fuera así: un tipo de tierra, un tipo de productor y una sola respuesta”.

No obstante, la agroecología puede dar un poco de ansiedad a algunas personas, porque permite la interacción de muchos elementos y personas, acota.

Agroecología y baños secos Proyecto comunitario de captación de agua de lluvia de la ENBC. (Ciencia por Mé)

ETIQUETA COMERCIAL.

La agroecología puede ser un movimiento, un concepto y una práctica, menciona Albalat, quien prefiere abordar el tema desde la última.

“Es una forma integral de ver la tierra, de cultivar, de consumir y vinculada con el uso reducido, limitado o, mejor aún, nulo de herbicidas, pesticidas y plaguicidas. En cambio, busca cuidar el suelo y el agua”.

No obstante, en el trayecto de socializar cada vez más la agroecología, se expone a convertirse en una etiqueta comercial que sustente el mismo modelo de producción de las corporaciones de las que se quiere distanciar.

“En su momento estuvo de moda el tema de lo ‘orgánico’ y luego quedó absorbido por la industria –o tal vez soy ingenua y siempre fue así–, ahora se escucha más el término ‘agroecológico’. Creo que es más complejo todavía, pero esperemos que no lo absorba tan pronto la industria”.

Hasta que eso ocurra, la agroecología se mantiene como una apuesta política, campesina y con ventajas agrícolas importantes, enfatiza. Pero la práctica agroecológica también está vinculada con un tipo diferente de consumo, uno más local y que es responsabilidad de quien adquiere los productos.

BAÑO SECO.

Amparo Albalat practica la agroecología desde su casa y su comunidad sin ser productora. “En mi casa tengo conejos, gallinas, compostas y mi baño no utiliza agua, entonces personalmente lo trato de practicar yo”.

La vida urbana no debería de paralizar nuestros intentos por participar en la agroecología, en el cuidado del agua y de los suelos, si bien nos podemos involucrar desde nuestro consumo responsable, hay prácticas sencillas y otras más para valientes que se pueden hacer en casa, explica.

“Si alguien quiere iniciar un cambio, el primer reto es separar la basura. Suena tan simple y tan obvio, pero muchos no lo hacen. Ese es el paso 1, quien logre esa ‘simplicidad’, no sufra y lo tenga interiorizado podrá pasar al paso 2, que es hacer una composta. Cuando ya tengamos esa prueba superada, podemos empezar a inventar otra escala, como cultivar algo, tener un baño compostero o integrar eso a otros pequeños sistemas”.

Los sanitarios secos o composteros –porque implica una acción productiva también– siguen la metodología de las cajas de arena para gatos, son una ecotecnia que no contamina el agua, recurso cada vez más escaso y estratégico, epicentro de muchas de las crisis ambientales por venir. “Es la manera más responsable de manejar los desechos humanos, la ‘humanaza’, pero la más difícil de transmitir y de motivar a hacerlo, puesto que todos tenemos ‘cacofobia’. El baño con agua como lo conocemos ha sido muy popular y difícil de cambiar, aunque sea muy caro medioambientalmente y en infraestructura: no hay dinero que alcance para mantener sistemas de drenaje y plantas de tratamiento suficientes”.

Agroecología y baños secos Fragmento de "Fanzine" realizado por Amparo Albalat, que recoge experiencias del uso del baño compostero. (Ciencia por México)

Por el contrario, nos hemos habituado a lo absurdo, enfatiza, utilizar agua limpia para deshacernos de nuestros excrementos. “Tenemos el bloqueo mental de que por muchos años se han promovido sanitarios secos en las comunidades rurales (…) replicando una narrativa de que es una alternativa para gente que no tiene recursos y agua, un tema de estatus”.

En cambio, Amparo Albalat enfatiza que el verdadero estatus debería reflejarse en el cuidado del agua. “Una se siente muy presumida porque no usas nada de agua y produces tu composta”. En las ciudades se pueden instalar baños secos con cubetas y hay opciones desde muy básicas hasta muy elegantes, señala. Como sea, puede resultar algo “retadorcísimo”, agrega, no por nada considera a este el cambio agroecológico en casa el de nivel “súper saiyajin”.

Finalmente, entre las recomendaciones que hace la investigadora es buscar redes en comunicades y colonias, que funcionen como apoyo, inspiración e intercambio para llevar a cabo las prácticas agroecológicas desde casa.

También invita a los jóvenes con licenciatura interesados a inscribirse en la Especialidad Nacional para el Bienestar Comunitario, y a la población en general a involucrarse separando sus desechos o explorar el baño compostero. “A los investigadores, los invito a generar otras maneras de comunicar, creativas, diferentes y bueno, no tenemos por qué saberlo todo, sino tener el teléfono del que lo sabe, buscar contactos, pedir ayuda, relacionarnos y buscar esas redes”.

Por último, la bióloga invita a todos a escuchar Amor Agrotóxico, disponible en plataformas de audio.

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