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Una de las misiones del IPN, es llevar a llevar a la sociedad los avances científicos, las innovaciones, la cultura y si con esto podemos sorprender a los niños, tal vez se pueden generar vocaciones nuevas, añade

El compartir ideas, saberes y avances nos hizo los humanos que hoy somos: Arturo Reyes

Premio Cada reconocimiento que el IPN recibe contribuye a aumentar ese orgullo politécnico, dice su director general, Arturo Reyes Sandoval.

El Politécnico está orgulloso de recibir el Premio Crónica por la difusión del conocimiento y la cultura, “porque creo que la humanidad se hizo a partir del saber compartir, de utilizar la inteligencia para compartir ideas, avances y saberes. Es lo que nos hizo los seres humanos que hoy somos”, dice el director general del IPN, Arturo Reyes Sandoval.

Una de las misiones de la institución, añade el también investigador, es llevar a la sociedad y compartirle los avances científicos, las innovaciones, la cultura y si con esto podemos impactar en los niños, si podemos sorprenderlos con las ciencias, tal vez se pueden generar vocaciones nuevas. 

Pero también, esta educación es lo que les permite apreciar la belleza de las cosas. “Por ejemplo, si un ingeniero ve un puente de un kilómetro de largo, sabe todo lo que se tuvo que idear para construirlo y eso se le hace bello. Mientras más conocimiento tengamos, más belleza podemos ver”.

¿Cómo recibe el Premio Cómica y qué significa para la comunidad politécnica?

Cada premio, cada reconocimiento que el IPN recibe contribuye a aumentar ese orgullo politécnico que no sólo los estudiantes tienen, también los profesores y la gente que trabaja como administrativos. Pero también permea a la sociedad, porque es una de las instituciones más queridas del país.

El IPN es un centro educativo que a cualquier persona que le pregunten siempre le va a decir: yo tengo un pariente en el Politécnico, mi hijo está estudiando ahí o a veces comentan, mi abuelo estudió ahí, mi padre, mi madre y lo dicen con mucho orgullo. Hay una satisfacción que permea hacia toda la sociedad y cuando hay un reconocimiento hacia el Politécnico, también la sociedad se siente emocionada.

Personalmente creo que es también un reconocimiento que se recibe con mucha gratitud y con el gusto de ser politécnico, algo que uno lo palpa al caminar por las aulas, por las escuelas, las vocacionales, las unidades profesionales, los centros de investigación y que se expresa con nuestro famoso “huelum”.

Es un grito que refleja ese orgullo que sentimos, es el canto de identidad, que toda la sociedad reconoce y cuando uno es politécnico lo escucha con emoción.

Y hay varios “huelums”, porque es muy diferente el que se entona por los equipos de futbol americano a aquel que es entonado por los científicos, los profesores. Tiene un tono diferente y uno, estando adentro, lo nota.

Premio. El director general del IPN, Arturo Reyes Sandoval.

Un premio por la difusión de sus ciencias, la cultura y el conocimiento que se le entrega a la sociedad.

La comunicación es un aspecto fundamental para las instituciones que brindan y generan conocimiento. Es importantísimo difundir lo que se está generando y construyendo desde el interior del Politécnico, llámese ciencia, tecnología, innovaciones y cultura.

Las instituciones y los científicos tenemos la obligación de comunicar lo que hacemos, no solo porque actuamos y nos movemos con fondos públicos, dinero de la sociedad, sino porque es importante dar a conocer lo que se hace. Una institución se quedaría corta si genera conocimiento, pero no lo da a conocer.

Pongamos un ejemplo: la ciencia que se hace en los laboratorios o en el campo, porque tenemos muchos ingenieros y científicos que están en diferentes lugares como granjas, ciudades o mercados de diferentes estados de la República, se quedaría ahí, si no se muestra.

Cuando se hace un proyecto se puede publicar en revistas de investigación científica, que son muy especializadas y llegan a un segmento de la sociedad. Sin embargo, es importante generar mecanismos para que ese conocimiento llegue a otros grupos de la sociedad y conozcan de una manera diferente y sencilla lo que se hace.

Los periódicos, la radio y la televisión son importantes para difundir este conocimiento, si no, nos quedaríamos cortos. Y te cuento que el conocimiento científico genera emoción en la sociedad cuando se sabe difundir bien. Por ello, en el Politécnico nacieron medios de comunicación desde hace muchísimos años.

Ejemplos son el Museo Tezózomoc, el planetario Luis Enrique Herro, sitios para el público en general que tienen algo sorprendente: Recibimos muchos niños y, desde mi punto de vista, impactar positivamente a un niño, sorprenderlo con las ciencias puede generar futuras vocaciones y esto es parte de la función que tienen el Tezózomoc y el Planetario.

En este camino está, y es parte de la historia no solo del Politécnico sino de México, el Canal 11, que ahora llamamos el 11- El canal muestra esa gran diversidad científica y cultural del IPN. Gran parte de su producción llega a niños y a jóvenes y les entrega lo que es la innovación, la técnica, la ciencia, pero también la cultura.

Otra área que también hemos trabajado desde que llegué hace cinco años, es Radio IPN. Principalmente tenía música y vi una gran oportunidad ahí. Tenemos una frecuencia y faltaba sacarle todo su potencial y desde hace tres años se ha potenciado en su contenido y programación.

Hoy, da gusto escuchar programas que también van dirigidos a jóvenes, a niños, adultos y por ello ha recibido muchos premios y es la segunda estación de radio pública más importante de México.

La educación, la ciencia y la cultura son esencialmente belleza. Una es lo que se descubre y aprende; la otra es su espíritu de compartir al otro el saber, el deleite, el placer…

Considero que sólo se puede querer o amar algo o admirar y reconocer la belleza de algo cuando se conoce muy bien y la educación, la ciencia, la innovación pueden propiciar que se aprecie la belleza de las cosas.

Es decir, cuando uno sabe a detalle cómo está formado un vegetal, una planta o el mismo ser humano piensa en que es una belleza entender este tipo de cosas.

A un ingeniero, por ejemplo, si conoce muy bien de maquinaria, de procesos y de repente llega a una fábrica donde esté muy bien montado un proceso, se le va a hacer bello ese proceso.

Podría otro ejemplo: a muchos nos gusta escuchar música, la apreciamos y sabemos que gran parte de la música puede ser bella, pero se llega a otro nivel de belleza cuando se sabe de solfeo. Las notas, cuando alguien ha estudiado música a profundidad, capta otras cosas que aquellos que no la hemo estudiado.

Los ritmos, la cadencia, eso se llega a captar. ¿Y qué lo hace? Que la persona lo sienta con más belleza cuando lo ha estudiado.  Entonces, si se le brinda educación a alguien, independientemente de que sea de corte humanístico o como en el Politécnico, tecnológica, van a poder apreciar las cosas de este mundo que normalmente pasamos por alto y las vamos a ver bellas. Entonces, creo que ese es el proceso de la educación: abrirnos la mente y los ojos a las cosas que hay alrededor. Imagine que siente un ingeniero ver un puente colgante de un kilómetro de longitud y entender cómo a través de la ingeniería se pudo establecer una estructura de ese tipo o un rascacielos o monumentos históricos que tenemos en la Ciudad de México como el Ángel de la Independencia. Esto para un ingeniero debe ser belleza pura. Porque entre ciencia y arte hay un proceso común de belleza que se puede disfrutar.

Por otro lado, creo que la humanidad se hizo a partir del saber compartir, de utilizar la inteligencia humana para compartir ideas, avances, conocimientos. Es lo que nos hizo los seres humanos que hoy somos.

Si vamos atrás en el tiempo, cuando el Homo sapiens sale de África y es la única especie que logra sobrevivir al dominar su entorno. Tal vez no era tan fuerte como otros, pero sí tenía algo: la capacidad de raciocinio y estoy seguro que también la capacidad de compartir conocimientos y enseñarles a los demás lo que había descubierto.

Porque la humanidad se enriquece a través del compartir el conocimiento y cultura. El ser humano ha sido migratorio por naturaleza, algo que lo llevó a conocer otros lugares y aprender de éstos, es lo que enriqueció a la humanidad. Ese conocimiento se fue adquiriendo a través de múltiples viajes y compartiendo para apuntalar el desarrollo.

Si lo llevamos a la difusión, volvemos de nuevo a que es muy importante compartir con la sociedad todo lo que pasa desde una institución de educación. Las universidades, los institutos politécnicos, los tecnológicos tenemos no sólo la obligación sino esa gran posibilidad de generar conocimiento, pero al mismo tiempo que no se quede en el cajón, que se comparta, que encuentren los canales para llegar a la sociedad.

¿Qué sintió cuando compartió su conocimiento para el desarrollo de la vacuna de AstraZeneca contra el Covid-19 y ve que todo se logró, que se llegó a lo que se quería?

Es muy especial el sentimiento porque la cantidad de trabajo que involucra el desarrollar algo así. Se podría pensar que se hizo en un año, pero se tenían 20 años de trabajo en las diferentes partes para formar una vacuna. Lo que vimos en ese momento, un año, es la punta del iceberg.

Siempre he dicho que aquel que haya recibido la vacuna de Oxford siempre tiene un poco de Politécnico ya en la sangre, porque fue parte de la tesis de doctorado que realicé como estudiante haciendo el proyecto en los Estados Unidos.

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