
A millones de kilómetros de la Tierra, el cometa 3I/ATLAS ha alcanzado su punto más cercano al Sol, su Perihelio, tras un recorrido proveniente del centro de la galaxia. El objeto espacial viaja detrás del Sol, por lo que permanece “oculto” de poderlo observar desde la Tierra.
Como se ha descrito a lo largo de los últimos meses, este objeto es rarísimo entre los cometas y, ante sus peculiaridades, coincidencias, mala comunicación de las agencias espaciales (cof, cof, NASA…), un científico provocador, fake news y medios a tope con el clickbait, nos han hecho fantasear con la posibilidad de que se trate de una nave espacial.
Incluso en internet se puede leer que la NASA ha activado su protocolo de defensa planetaria. Pero no, ni Will Smith (de la ficticia “Día de la Independencia”) ni Donald Trump (de la absurda realidad terrestre) van a salvarnos de una invasión alienígena, por lo menos no una no proveniente de 3I/ATLAS.
Ante la información dispersa y atomizada, eclipsada por la infodemia y fake news mediática, y la siempre paranoia catatónica de las redes sociales, me encontré con un video explicativo del afamado divulgador de la ciencia Javier Santaolalla, quien, en media hora explica qué está sucediendo no sólo con el cometa más extraño detectado jamás por la humanidad, sino en el fenómeno social y mediático que ha dejado entrever que la comunicación de la ciencia falló por soberbia de quienes podrían informar mejor a la población.
Si no quieres o puedes ver su video en YouTube, con todos esos anuncios molestos, te platico a grandes rasgos de qué va todo este capítulo surreal, con el que Orson Wells habría podido realizar un performance alucinante en otra época.

“PREVIOUSLY…”
3I/ATLAS debe su nombre a ser el tercer objeto interestelar detectado por la humanidad. El primero fue el asteroide (1I/)ʻOumuamua –cuya historia es muy parecida a la actual–, descubierto en 2017; seguido de (2I/)Borisov (2019). Fue detectado por el sistema de telescopios ATLAS desde Chile el pasado 1 de junio, cuya trayectoria refieren que proviene de fuera del sistema solar, desde la constelación de Sagitario. Tendría un tamaño de entre 300 metros y 5 kilómetros y viaja a 200 mil kilómetros por hora, el objeto más rápido observado desde la Tierra.
Información recabada por los telescopios señala que también se trata del objeto más viejo visto en el Sistema solar, 11 mil millones de años –más viejo que el mismos Sistema Solar (4 mil millones de años) y casi tan viejo como el universo tras el big bang: 13 mil millones de años–. Su trayectoria va en sintonía con la eclíptica del Sistema Solar, lo cual ha permitido observarlo con detenimiento y ver su paso cerca de los planetas.
Actualmente, está en su Perhielio, a 202 millones kilómetros del Sol; el 3 de noviembre se acercará a Venus a 97 millones de kilómetros y el 19 de diciembre estará a 270 millones de kilómetros de la Tierra. Se acercará a Júpiter a el 16 de marzo a 53 millones de kilómetros para seguir su camino.

CIENTÍFICO PROVOCADOR.
Hasta aquí, todo podría transcurrir sin sospechas alienígenas, sin embargo, el científico Avi Loeb, del Departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard, generó polémica y puso la palabra “nave espacial” de nuevo sobre un cometa interestelar. Ha dicho que 3I/ATLAS sería una nave alienígena con motivos poco amistosos y que incluso estaría aprovechando este Perihelio para ocultarse de la Tierra y desde donde realizaría maniobras para cambiar de órbita.
“Estamos a punto de verificar esta teoría porque está a punto de salir de detrás del Sol, si produjo un cambio de órbita pronto lo sabremos”, señala Santaolalla, no de manera infantil ni sarcástica, sino simplemente desde el punto en que se desecha o no una hipótesis.
El divulgador de la ciencia español enumeró las 8 anomalías descritas por Avi Loeb para considerar que se trata de un objeto artificial.
Entre estas describe la rareza del cometa, que es consistente con los datos obtenidos por los astrofísicos, como es su composición, que excede el contenido de CO2 –algo muy anormal–, que lleva más níquel que hierro; su polarización negativa antes del Perihelio, o que su cola estelar iba al revés, hacia el Sol, entre otros.
Santaolalla refiere que dichos parámetros y el uso de probabilidades y estadística confusa y engañosa de Loeb, no quita que todas esas casualidades conjuntas sorprendan, cuyos datos son reales y obtenidos de Telescopios Espaciales como el James Webb.
El divulgador de la ciencia, uno de los más famosos en habla hispana, refiere además que ha habido mucha información falsa o errónea, captada por los medios, como que la NASA activó su protocolo de defensa planetaria. La NASA no activó algo parecido, sino que la International Asteroid Warning Network (IAWN) –que conjunta a agencias espaciales de todo el mundo para vigilar todo tipo de asteroide o cometa que pueda representar un riesgo para la Tierra– convocó a una campaña de observación del objeto que, debido a sus características únicas resulta interesante observar.
Conoce a 3I/ATLAS, el objeto celeste proveniente del espacio interestelar que está de visita en nuestro sistema solar.
— NASA en español (@NASA_es) August 14, 2025
El cometa será visible con telescopios terrestres hasta septiembre de 2025 y no representa una amenaza para la Tierra. Aprende más: https://t.co/DWnyVl0mj8 pic.twitter.com/0GpC4Vjt4b
“Aunque no representa ninguna amenaza, el cometa 3I/ATLAS ofrece una gran oportunidad para que la comunidad de IAWN realice un ejercicio de observación, debido a su prolongada observabilidad desde la Tierra y el gran interés que despierta en la comunidad científica. Esta campaña de observación del 3I/Atlas es el octavo ejercicio de IAWN desde 2017; IAWN organiza estos ejercicios aproximadamente una vez al año...”, se lee en el sitio web de la red.
“Todas las anomalías del cometa pueden ser explicadas como efectos naturales sin necesidades a recurrir a hipótesis más atrevidas o alarmistas”, añade el divulgador y físico español. “Nunca nos hemos topado con un objeto tan peculiar: En normal que este caso tenga tantas anomalías porque es el primero que vemos de su tipo y porque nuestros modelos de formación de galaxias, sistemas solares y planetas no son perfectos y están sujetos a revisión continua. Falta mucho por descubrir (…)”.
CIENTÍFICOS TORPES.
Santaolalla critica que el fenómeno que observamos sobre el impacto mediático y el azoro de la población, son resultado, en parte, de la torpeza de la comunidad científica para tratar estos temas en tiempo real.
“Sí, el cometa se trata de un objeto raro, no hay que esconderlo, y si la hipótesis de que es una nave está ahí, aunque sea poco probable, hay que trabajar con ella. Que la NASA no publique nada –por motivos políticos de trasfondo– o con información escueta y poco clara de la IAWN, chocan contra la población ávida de respuestas. Hay que dárselas con humildad, honestidad y mucho cuidado de no cometer torpezas en la comunicación”.
Esto obedece a la arrogancia que se construye en torno a la infalibilidad de la ciencia, pero que no es como se construye la ciencia misma, enfatiza. Para observar su editorial y ver cómo se prende, ahora sí visita el video en su canal de YouTube, donde podrás escuchar la voz de sus colaboradores, entre ellos el neurocientífico, filósofo y poeta Mariano Sigman (“El poder de las palabras”, ¡librazo!), que concluye diciéndonos por qué estamos tan necesitados de “I want to believe”, como decía el poster de Fox Mulder, en la serie de los “X files”.
Pero, en conclusión: “estamos ante un cometa y no hay más”, dice Santaolalla y, si no, pronto lo sabremos.