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La igualdad y equidad de género en la ciencia: reflexiones motivadas por los aprendizajes adquiridos en un curso en la Universitat de València, España

Sí, los viajes ilustran …

Viaje. Figura 1. Imagen generada por Inteligencia Artificial (AI) alusiva a la igualdad de género.  Imagen de uso gratuito bajo la Licencia de Contenido de Pixabay obtenida en https://pixabay.com/es/illustrations/ai-generado-gente-arco%c3%adris-igualdad-7951391/.

Hablar de igualdad y equidad de género en un país como México representa recorrer, por un lado, un sendero de esperanza y avances importantes, y, por el otro, aunque duela, una asignatura muy pendiente.  Es inconcebible, por lo aberrante, que en el México oscuro y de contrastes de hoy, todavía se vendan hijas a cambio de animales en Chiapas, Guerrero o Oaxaca, se asesinen, desaparezcan y maltraten miles de mujeres al año mediante violencia física y psicológica, que incluye la violencia digital y la vicaria, y que se sigua manejando un lenguaje impropio e irrespetuoso hacia este sector de la población.  El ámbito científico no es ajeno a este problema, aunque ha habido avances significativos en la dirección correcta.  Un hecho muy reciente constata el cambio paulatino que se viene dando: la creación, hace 20 días, de la Comisión de Género de la Academia Mexicana de Ciencias – AMC coordinada por una mujer (Dra. Lilia Meza Montes, Instituto de Física de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla – BUAP).  Hay otro patrón mucho más contundente: en la UNAM, de acuerdo con datos de acceso público en el ciberespacio, el 45% de todo el personal académico ya son mujeres, y en carreras como veterinaria, biología y química, el 68, 57.4 y 50%, respectivamente, del alumnado son mujeres.  De mantenerse estas tendencias, por simple lógica, en un futuro cercano, el número de científicas en estos ámbitos superará con creces al número de hombres y eso transformará muchas cosas.

            En el curso que tuve el honor de tomar los días 13 y 14 de octubre (“La igualdad de género en ciencia”, https://www.pcuv.es/es/actualidad/eventos/2025-i2sysbio-igualdad-genero-ciencia), se abordaron los siguientes temas: “La igualdad de género en los contenidos de la ciencia” (Dra. Capitolina Díaz), “Estudios científicos sobre la igualdad de género: La igualdad de género en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas - CSIC” (Dra. Pilar López Sancho), “Divulgar la igualdad y divulgar en igualdad” (Dra. Leni Bascones), “Diversidad LGBTQIA+ en Ciencia: Situación actual y acciones para la igualdad” (Dra. Alicia Tamarit), “Buenas prácticas para el respeto a la igualdad de género: Legislación, planes de igualdad y protocolos contra el acoso sexual” (Dra. Begoña Marugán), “Lenguaje no sexista” (Dra. Susana Guerrero Salazar), “Sesgos inconscientes en ciencia” (Lic. Marta García-Valenzuela), y “La igualdad de género en el ámbito internacional. Avances y desafíos: Agenda 2030” (Dra. Zulema Altamirano).  Fue realmente una experiencia llena de aprendizajes de todo tipo.  Por ejemplo, ¿sabías que todo el instrumental quirúrgico sigue siendo diseñado para hombres, y que eso les complica la vida a las cirujanas?  También, ¿sabías que las mujeres tienen síntomas muy diferentes que los hombres en el caso de un infarto y que por lo mismo muchas veces mueren por no ser atendidas adecuadamente?  ¿O que tienen “sensaciones térmicas” muy diferentes a los hombres?  Otra diferencia, clave en el ámbito científico, es la “percepción de riesgo” que en una mujer no es la misma que en un hombre, y más en una sociedad como la española o la mexicana en donde los “roles y expectativas sociales tradicionales” siguen bastante arraigadas en muchos sectores.  Por ejemplo, la crianza de las hijas y los hijos sigue recayendo mayoritariamente en las mujeres y, en consecuencia, la consolidación de una carrera científica exitosa (medida con los indicadores tradicionales), tarda mucho más tiempo en una mujer, ya que además sigue persistiendo la “violencia de género oculta” en ciertos ámbitos académicos (sobre todo psicológica).  Por ello, para una mujer es mucho más difícil aceptar cargos directivos en tiempos reproductivos.

Clúster Científico y Tecnológico BioMimicRed de Manejo Biorracional de Plagas y VectoresInstituto de Ecología, A.C. - INECOL

Algo muy positivo, fue aprender que muchas casas editoriales ya exigen pruebas de que hubo “igualdad de género” en el desarrollo de un proyecto científico que deriva en una publicación (aplican un diagrama de flujo conocido como SAGER = “Sex and Gender in Research”).  Igualmente, las normas europeas (sugiero consultar por ejemplo el “Toolkit Gender in EU-funded Research” https://op.europa.eu/en/publication-detail/-/publication/c17a4eba-49ab-40f1-bb7b-bb6faaf8dec8) y la normativa española en específico, obligan a tomar en cuenta el tema de género en el contenido de la investigación planeada (fondo), no solo en los números (forma).  Una acción que ha tenido efectos contundentes es garantizar la igualdad de género en los comités de evaluación.

            A pesar de los significativos avances, los retos siguen siendo monumentales.  Romper esquemas tradicionales que aun permean al interior de muchas instituciones académicas, requiere de un compromiso de toda la comunidad científica.  Sigue habiendo mucho debate sobre el lenguaje no sexista o inclusivo (muchas veces con toda razón por las connotaciones gramaticales), con la Real Academia de la Lengua Española (RAE) reticente a aceptar, por ejemplo, el uso de la arroba (@), o la “e” o la “x” que la RAE no considera “ni necesario ni aceptable para referirse a los dos sexos”.  Me refiero a términos como “l@s niñ@s”, “les niñes”, “lxs niñxs”, o “todes” (entrecomillado por ser texto generado por la IA en la web).  En este sentido, además de usar juiciosamente el desdoblamiento (i.e., todas y todos, las/los investigadoras [es]), es necesario usar términos neutrales (i.e., “inclusivos/incluyentes”) o un lenguaje genérico universal (e.g., en lugar de “los alumnos” decir “el alumnado” o “la comunidad estudiantil”, o en lugar de “los asistentes”, “las personas asistentes”).  Lo último, implica un pleno dominio del idioma que desdichadamente solo tiene una proporción muy pequeña de la población (incluyendo el mundo de la academia), y más en un momento donde la juventud pierde vocabulario por el uso excesivo de las redes sociales que, por cierto, son muchas veces utilizadas para denigrar a las mujeres y acosarlas.  En materia de lenguaje incluyente en el ámbito científico, la AMC aún no cuenta con un manual, pero para fines prácticos sugiero consultar el manual de comunicación no sexista del Instituto Nacional de las Mujeres (http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/101265.pdf),o el manual del Instituto Nacional Electoral – INE (https://igualdad.ine.mx/lenguaje-incluyente/).  También en la misma Generalitát Valenciana donde se ubica la Universitat de València que organizó el curso que tomé, existe uno muy útil y de acceso público bajo chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.uam.es/uam/media/doc/1606931515460/guia-de-recomendaciones-para-un-lenguaje-no-sexista-e-inclusivo.pdf.

            Termino esta muy breve introducción a un tema muy complejo (y aún minado) que ameritaría espacios mucho más generosos, abordando un asunto muy concreto y relevante: las titularidades de los 26 Centros Públicos de Investigación que coordina la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación – SECIHTI.  Sorprende que los centros más antiguos como el INECOL, CICESE, INAOE, CIBNOR y CIDE nunca hayan tenido en sus dilatadas historias (en varios casos más de 50 años) a una mujer como directora.  El CIDE cumplirá 51 años en unos días y aunque la Dra. Trinidad Martínez Tarragó fue una de sus fundadoras, la institución nunca ha sido dirigida por una mujer.  Lo mismo aplica a centros más “jóvenes” como el CIDESI, COLEF, COLMICH, IPICyT, COMIMSA e INFOTEC.  Sin duda ha llegado el momento de promover de manera decidida el nombramiento de mujeres como directoras de estos centros de investigación.  La experiencia en España podría ser útil en este sentido (Cruz-Castro et al. 2025).

            Sería imposible en un espacio tan limitado, abordar a fondo el complejo tema de la igualdad y equidad en la ciencia.  Sin embargo, espero que al público lector le sea útil la información aquí compartida, despertando su interés por ahondar por cuenta propia en las múltiples vertientes de este ámbito que aún requiere de mucha atención (sugiero leer los artículos citados al final como una puerta de entrada a un mundo de literatura especializada que se ha disparado).  La comunidad científica y académica en general, tiene la obligación de dar el ejemplo a la sociedad en materia de respeto pleno a las mujeres y colectivos LGBTQIA+, ya que nuestro nivel de formación nos permite aportar a la sociedad una perspectiva basada en argumentos y no emociones o dogmas.

Agradecimientos. Agradezco al Dr. Andrés Moya Simarro la honrosa invitación y el financiamiento para poder desarrollar una “Estancia de Investigación” en el Instituto de Biología Integrativa de Sistemas – I2SysBio de la Universidad de Valencia, España.  Agradezco también a las Dras. Silvia Gallego Queipo y Consuelo Escrivá López por la honrosa invitación a tomar el curso que motivó este artículo.  Finalmente, agradezco a las Dras. Larissa Guillén Conde y Alma Altúzar Molina, a la M. en C. Roxana Barran Prior y a la Licenciada en Derecho, Aline Aluja Guillén por sus valiosas críticas y sugerencias para mejorar el primer borrador de este artículo de divulgación de la ciencia.

Literatura citada y/o recomendada

Cruz-Castro, L., Casado, C. & Sanz-Menéndez, L. 2025. Merit, competition and gender: scientific promotion in public research organizations. Humanit Soc Sci Commun 12, 779. https://doi.org/10.1057/s41599-025-05102-5

Love, H.B., Stephens, A., Fosdick, B.K. et al. 2022. The impact of gender diversity on scientific research teams: a need to broaden and accelerate future research. Humanit Soc Sci Commun 9, 386. https://doi.org/10.1057/s41599-022-01389-w

Nielsen, M.W., Gissi, E., Heidari, S. et al. 2025. Intersectional analysis for science and technology. Nature 640, 329–337. https://doi.org/10.1038/s41586-025-08774-w

Ritz, S., Antle, D., Côté, J. et al. 2014. First steps for integrating sex and gender considerations into basic experimental biomedical research. FASEB J (1), 4-13. https://doi: 10.1096/fj.13-233395

Shansky, R.M., Murphy, A.Z. 2021. Considering sex as a biological variable will require a global shift in science culture. Nat Neurosci 24, 457–464. https://doi.org/10.1038/s41593-021-00806-8

Tannenbaum, C., Ellis, R.P., Eyssel, F. et al. 2019. Sex and gender analysis improves science and engineering. Nature 575, 137–146. https://doi.org/10.1038/s41586-019-1657-6

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